Ginebra AFP El Gobierno de Paraguay no actuó con la debida diligencia en el caso de una niña de 10 años, embarazada tras ser violada, a la cual se le negaron tratamientos, incluyendo el aborto en el momento oportuno, indicaron este lunes expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El embarazo de 23 semanas de la niña, determinado hace unas tres semanas, fue consecuencia de reiterados abusos sexuales cometidos, al parecer, por su padrastro, señaló el grupo de expertos en Derechos Humanos, en un comunicado difundido en Ginebra.
La ley sobre aborto en Paraguay es restrictiva y solo autoriza la interrupción del embarazo cuando la vida de la mujer o de la niña corre un peligro serio, sin prever excepciones, como casos de violación, incesto o feto inviable. “La decisión de las autoridades paraguayas resulta en graves violaciones de los derechos a la vida, a la salud, y a la integridad física y mental de la niña, así como sus derechos a la educación, que ponen en peligro sus oportunidades socioeconómicas”, advirtieron.
A pesar de las solicitudes de la madre de la niña y de los médicos para interrumpir ese embarazo, “el Estado ha fallado a la hora de tomar medidas para proteger la salud, la integridad física y mental e incluso la vida de la niña de 10 años”, dijeron.
Los expertos de la ONU consideraron que “no se hizo una evaluación interdisciplinaria e independiente en vista de asegurar el interés superior de la niña”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los embarazos precoces son extremadamente peligrosos para la salud de una menor y pueden conducir a complicaciones y a la muerte en algunos casos. Los cuerpos de las niñas y adolescentes no están completamente desarrollados para un embarazo, recordaron los expertos.
En América Latina, el riesgo de muerte materna es cuatro veces mayor entre las adolescentes menores de 16 años. Los embarazos precoces también son peligrosos para el bebé, con una tasa de mortalidad un 50% más alta.
Los expertos de la ONU instaron al Gobierno paraguayo a respetar el interés superior de la niña y a cumplir debidamente con sus obligaciones internacionales, tomando medidas urgentes para proteger su vida y su salud, garantizando su acceso a toda la atención médica necesaria, así como a medidas de reparación y rehabilitación adecuadas.