Beirut. AFP. Las fuerzas de la oposición siria se sienten abandonadas y más divididas que nunca debido a la decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de buscar una solución diplomática a la guerra civil en Siria.
Muchos rebeldes que tenían la esperanza de que una ofensiva militar norteamericana contra el gobierno de Bashar al-Asad ayudara a inclinar la balanza en momentos que las dos partes en conflicto están en un punto muerto, dijeron que Estados Unidos ha dado a al-Asad un segundo aire mientras negocia con potencias mundiales.
“Estamos solos”, dijo por Skype el combatiente opositor Mohammad Joud, desde la destruida ciudad norteña de Alepo.
“Siempre supe eso, pero gracias a la vergonzosa decisión de Obama, otros van a despertar también a esta realidad”, manifestó.
Los insurgentes quienes desde hace dos años y medio libran una guerra para derrocar a al-Asad dicen que Estados Unidos ha incumplido repetidas veces sus promesas de ayuda y solamente las ha ofrecido retórica. En junio, Obama anunció que otorgaría asistencia militar a los rebeldes, pero hasta ahora ninguna de las armas ha llegado a la oposición y las fuerzas del presidente sirio han recuperado terreno en los últimos meses y ahora están en ventaja.
La arremetida continuó ayer cuando aviones de combate del gobierno atacaron un hospital de campo en el poblado de al-Bab, cerca de Alepo, con un saldo de 11 muertos y decenas de heridos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos,
“El régimen va a quedar fortalecido porque han aceptado entregar sus armas químicas, pero se quedan con todo lo demás para combatir a la oposición, que ha perdido terreno en los últimos 12 meses y ahora sufre este gran golpe”, dijo Ayham Kamel, analista de asuntos del Oriente Medio del Eurasia Group en Londres.
La oposición ha tenido que enfrentar batallas internas cada vez más fuertes entre combatientes afiliados con al-Qaeda y rebeldes más moderados, así como entre los combatientes y los kurdos en el noreste del país.
Sin plazos. Por otra parte, la Casa Blanca no le pone plazos a una solución diplomática a la crisis en Siria, puntualizó ayer su portavoz poco después de que el presidente Obama manifestó su respaldo con reservas a la propuesta rusa para que Damasco entregue su arsenal de armas químicas.
El secretario de prensa, Jay Carney, dijo que Estados Unidos no está interesado en tácticas dilatorias, sino en poner las armas químicas de Siria bajo control internacional, y “obviamente, llevará algún tiempo”. Carney expresó que el proceso de la ONU para redactar una resolución recién ha comenzado.
La medida de la ONU está diseñada para detener los planes para un ataque militar estadounidense en respuesta al uso de armas químicas en Siria.
Carney también dijo que Rusia, el principal aliado de Siria, se ha involucrado más en el asunto en los últimos dos días que en los dos años anteriores. Agregó que Rusia está “poniendo su prestigio en juego” para que Siria entregue sus arsenales de armas químicas.