GRAPHIC CONTENT A handout image released by the Syrian opposition's Shaam News Network shows people inspecting bodies of children and adults laying on the ground as Syrian rebels claim they were killed in a toxic gas attack by pro-government forces in eastern Ghouta, on the outskirts of Damascus on August 21, 2013. The allegation of chemical weapons being used in the heavily-populated areas came on the second day of a mission to Syria by UN inspectors. It was promptly denied by the Syrian authorities. AFP PHOTO/HO/SHAAM NEWS NETWORK == RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / HO / SHAAM NEWS NETWORK" - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS - AFP IS USING PICTURES FROM ALTERNATIVE SOURCES AS IT WAS NOT AUTHORISED TO COVER THIS EVENT, THEREFORE IT IS NOT RESPONSIBLE FOR ANY DIGITAL ALTERATIONS TO THE PICTURE'S EDITORIAL CONTENT, DATE AND LOCATION WHICH CANNOT BE INDEPENDENTLY VERIFIED == (-)
Naciones Unidas, Damasco. EFE y AFP. La división entre las potencias en relación con la guerra en Siria quedó nuevamente en evidencia, ayer, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU fue incapaz de ponerse de acuerdo para investigar un presunto ataque con armas químicas que habría matado a 1.300 personas.
Aunque la presidenta del Consejo, la embajadora argentina, María Cristina Perceval, dijo que “había una gran preocupación entre los miembros” por la supuesta matanza denunciada por la oposición siria, Rusia y China se negaron a apoyar una acción de mayor contundencia por parte del máximo organismo de la ONU, dijeron fuentes diplomáticas a la salida de la reunión.
Los 15 integrantes (cinco de ellos con derecho a veto) del Consejo apoyaron la determinación del secretario general, Ban Ki-moon, de pedir una investigación parcial sobre lo ocurrido, mas no fueron capaces de consensuar una resolución o una declaración presidencial (documento de menor rango) para pedir formalmente el estudio del hecho.
La Coalición Nacional Siria (CNFROS) denunció ayer que al menos 1.300 personas murieron en un ataque con armas químicas por parte del Ejército en las cercanías de Damasco, acusación que rechazó de inmediato el régimen del presidente Bashar al-Asad.
Rusia, aliada de Siria, acusó a la oposición de “provocación planificada de antemano”.
Perceval se limitó a decir, al final de la sesión del Consejo, que “todos” coincidieron en que de confirmarse el uso de armas químicas por cualquiera de las partes, sería una violación de las leyes internacionales.
Expertos de la ONU están en Siria para estudiar tres denuncias previas de uso de armas químicas –una del régimen de al-Asad y dos de gobiernos occidentales–, pero de momento el acceso a la zona de ese último presunto ataque no es posible debido a la inseguridad, según Jan Elliason, subsecretario general de la ONU.
Supuesto ataque. De acuerdo con la oposición siria, el uso de armas químicas por parte del Ejército mató a 1.300 personas. En videos que difundió, cuya autenticidad no se ha confirmado, se ve a gente exánime en el suelo, entre ellos muchos niños. Ninguno presenta heridas.
En una de las grabaciones se observa a niños recibiendo oxígeno en un hospital de campaña. Aparecen médicos intentando reanimar a otros menores inconscientes.
Expertos consultados por la AFP se mostraron prudentes, entre ellos Paula Vanninen, directora de Verifin, el instituto finlandés para la verificación de armas químicas.
“Las personas que ayudan a las víctimas” en el video “no llevan ropa de protección ni máscaras y si fuera el caso, habrían sido contaminadas y víctimas de los mismos síntomas”, advirtió.
Gwyn Winfield, especialista en el tema, dijo: “No hay informaciones de que los médicos o las enfermeras hayan muerto, lo cual nos lleva a pensar que no es lo que consideramos gas sarín militar, pero podría ser gas sarín diluido”.