Ginebra. AFP y EFE. Los crímenes del régimen comunista norcoreano son comparables a los de los nazis, el apartheid sudafricano y los jemeres rojos, declaró ayer en Ginebra el presidente de una comisión investigadora de la ONU.
“Para luchar contra las lacras del nazismo, el apartheid y los jemeres rojos hizo falta el coraje de las grandes naciones”, declaró Michael Kirby ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“Es nuestro deber plantarle cara a las violaciones de los derechos humanos y los crímenes contra la humanidad perpetrados en la República Popular de Corea”, añadió Kirby, que comparó el país con “un pozo oscuro”.
“Estamos en el siglo XXI y sin embargo estamos confrontados a otra lacra vergonzosa. No podemos ignorar más esto”, insistió.
Acusaciones. El funcionario de la ONU denunció específicamente “la clasificación de las personas, las persecuciones por razones religiosas, raciales o políticas, la trata de seres humanos, los desplazamientos forzados de la población, los asesinatos de niños y los muertos por la hambruna”.
En su informe publicado el 17 de febrero, un grupo de juristas hizo, bajo mandato de la ONU, un balance argumentado contra el régimen norcoreano, acusándolo de cometer crímenes contra la humanidad a gran escala.
Los tres expertos de la comisión investigadora no pudieron entrar en Corea del Norte, a pesar de su solicitud, e interrogaron en varios países a fugitivos y testigos.
“La Comisión ha establecido que la República Popular Democrática de Corea ha violado y viola de forma sistemática y a gran escala los derechos humanos, y en muchos casos, estas violaciones constituyen crímenes contra la humanidad”, reza el informe.
La comisión estima que “cientos de miles de prisioneros políticos murieron en los campos de detención durante los últimos 50 años”.
Si bien asegura que el número de campos y de prisioneros ha disminuido por los fallecimientos y algunas liberaciones, añade que “entre 80.000 y 120.000 prisioneros políticos están actualmente detenidos en cuatro grandes centros”.
Además, el informe estima en más de 200.000 los desaparecidos, entre los que también hay surcoreanos que se marcharon al Norte, personas de origen coreano llegadas de Japón, chinos y japoneses.
Aunque no ha conseguido entrar en el país para examinar la situación de primera mano, la comisión ha contado con 240 testimonios directos de víctimas y testigos, entre ellos 80 supervivientes de campos de trabajo, conocidos como kwanliso .
Políticas de Estado. “Estos crímenes obedecen a políticas establecidas al más alto nivel del Estado”, destacó este lunes Michael Kirby, quien pidió la reacción de la comunidad internacional y que se recurra a la Corte Penal Internacional (CPI) .
El experto declaró el 17 de febrero que el líder norcoreano, Kim Jong-un , tenía “una gran parte de responsabilidad” en estos crímenes.
La comisión de investigación de la ONU sobre las violaciones de derechos humanos en ese país fue creada por el Consejo de Derechos Humanos en el 2013. Corea del Norte se opuso al panel n en cuanto este fue creado.
Sin sorpresa, el representante norcoreano ante la ONU en Ginebra, Se Pyong-so, rechazó un informe “litigioso”, según él, y acusó a “Estados Unidos y otras fuerzas hostiles” de haberse “inventado” la comisión para “difamar la imagen digna” de su país.
El representante se marchó de los debates cuando habló Japón.
Tokio había invitado a hablar a un miembro de la asociación de familias de secuestrados en Corea del Norte, Shigeo Lizuka.
China, aliada histórica de Corea del Norte, dio un espaldarazo a Pionyang negándose a que el Consejo de Seguridad de la ONU recurra a la CPI, que juzga crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos a partir del 2002, el año de su creación.