Bagdad. AFP. Estados Unidos lanzó nuevos ataques contra las posiciones yihadistas en el norte de Irak, donde Gran Bretaña y Francia se sumaron ayer a la campaña para evitar que los civiles atrapados en el monte Sinjar mueran.
Unos 20.000 de estos desplazados lograron escapar y huir a Siria y regresaron al Kurdistán iraquí, según anunciaron fuentes locales, pero miles siguen asediados, amenazados tanto por el hambre y la sed, como por los yihadistas.
Por primera vez desde los bombardeos estadounidenses contra territorios que cayeron en manos de los yihadistas del Estado Islámico (EI) , los combatientes kurdos retomaron ayer dos ciudades del norte de Irak, indicaron responsables.
Las dos ciudades, ocupadas hace unos días por los insurgentes sunitas, están situadas en el suroeste de la capital del Kurdistán iraquí.
Dos días después de que Washington comenzó sus ataques aéreos sobre Irak, tomaba forma una coordinación occidental de la ayuda con Gran Bretaña y Francia para evitar lo que el presidente Barack Obama advirtió podría ser un genocidio inminente.
Estados Unidos, que se retiró de Irak hace tres años, lanzó sus primeros ataques el viernes, para frenar el avance de los yihadistas del EI que amenazan al Kurdistán autónomo y a miles de civiles.
Avance rebelde. Los insurgentes sunitas, liderados por el EI, se habían mantenido a distancia de Kurdistán, pero desde finales de julio progresaron en dirección a la provincia, al ocupar posiciones a unos 40 kilómetros de su capital Erbil, sin sobrepasar las fronteras de la región autónoma.
Decenas de miles de personas han huido de esta progresión, en particular cristianos y numerosos miembros de la minoría kurdohablante de los yazidíes, atrapados en las áridas tierras del monte Sinjar, bajo un calor aplastante, con poca agua y comida.
El domingo por la mañana, Estados Unidos lanzó en paracaídas el equivalente a 52.000 comidas y contenedores de agua, después de realizar operaciones similares el jueves y viernes para ayudar a miles de ciudadanos iraquíes amenazados por los yihadistas en los montes de Sinjar, entre Mosul y la frontera siria, anunció el Pentágono.
Gran Bretaña afirmó el domingo que se sumó al esfuerzo humanitario, con la llegada del primero de dos aviones enviados con víveres.
Obama indicó el sábado que confiaba en que las fuerzas áereas estadounidenses evitarían que los combatientes rebeldes del EI lleguen a las montañas y masacren a la gente que está allí, pero añadió que el siguiente paso de crear un corredor seguro era logísticamente complicado.