Ciudad del Vaticano. AFP El controvertido obispo conservador paraguayo Rogelio Livieres, destituido por el papa Francisco tras protagonizar una serie de escándalos por encubrimiento de pedofilia y abusos financieros en Paraguay, acusó este viernes al pontífice argentino de tomar decisiones injustas e ideológicas, en un gesto inusual dentro de la jerarquía católica.
En una carta dirigida al cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y divulgada por la prensa paraguaya, Livieres no ahorra críticas ni apreciaciones negativas contra el papa y su método de trabajo.
“A pesar de tanto discurso sobre diálogo, misericordia, apertura, descentralización y respeto por la autoridad de las Iglesias locales, no he tenido oportunidad de hablar con el papa Francisco, ni siquiera para aclararle alguna duda o preocupación”, sostiene el religioso paraguayo, miembro de la influyente organización católica Opus Dei, cuya designación en 2004 por parte de Juan Pablo II como obispo de Ciudad del Este había suscitado ya fuertes disidencias.
Sin comentarios. “No quiero hacer comentarios sobre el caso. Pero de la reacción se puede ver que había muchos problemas”, afirmó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, interrogado sobre la réplica.
Según monseñor Octavio Ruiz, secretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización y miembro también de la Congregación para los Obispos, la destitución de Livieres ha sido un “gesto radical” por parte del Papa.
“El Papa ha querido con esa decisión tan radical mostrar su voluntad de transparencia en todos esos asuntos y eso lógicamente suscita estupor”, comentó Ruiz.
“El papa demostró que no tiene miedo a actuar con mano dura cuando hay que intervenir”, agregó el prelado.
En pocos días el papa aceptará probablemente también la renuncia de Pastor Cuquejo, el arzobispo de Asunción, por haber alcanzado el límite de edad de los 75 años.
Con la salida de Cuquejo y Livieres, que eran rivales, Francisco abre el camino para la pacificación de la iglesia paraguaya, tras los enfrentamientos entre los dos obispos por razones sociales, políticas, ideológicas y pastorales.
“Como hijo obediente de la Iglesia, acepto, sin embargo, esta decisión que considero infundada y arbitraria, y de la que el Papa tendrá que dar cuentas a Dios”, escribió Livieres en tono poco respetuoso de la autoridad papal.
El exobispo paraguayo considera que ha sido víctima de años de “persecución ideológica”.
Conflictos. Las posiciones conservadoras del obispo expulsado y su conocida simpatía por los ritos ultratradicionalistas generaron numerosos conflictos en los últimos diez años dentro de la iglesia paraguaya.
Una iglesia muy atenta a lo social, recordó Ruiz y marcada también por la influencia del exobispo progresista y cercano a la teología de la liberación Fernando Lugo, actualmente senador y que llegó a ser presidente de la República (2008-2012).
La crisis dentro de la iglesia paraguaya se agudizó a mediados de este año cuando el obispo Livieres tildó de “homosexual” al arzobispo de Asunción , quien pedía abrir una investigación contra su colega por las denuncias de pedofilia contra su protegido y asesor, el cura argentino Carlos Urrutigoity.
El pasado oscuro del sacerdote argentino, trasladado en 2004 a Paraguay desempeñando el cargo de Vicario General o Vicario para la Juventud en la diócesis de Ciudad del Este, ha sido una de las mayores razones de los enfrentamientos internos. Urrutigoity fue acusado de acoso sexual en el 2002 por estudiantes de una escuela de Pensilvania, en Estados Unidos.