Bengasi. AFP. El nuevo Parlamento libio surgido de las elecciones del 25 de junio celebró este sábado una primera reunión en Tobruk (este), mientras los choques entre grupos armados y la confusión se extienden por todo el país.
Las dos principales ciudades, Trípoli, que es la capital, y Bengasi, son escenario de sangrientos combates que provocaron la evacuación de centenares de ciudadanos extranjeros.
La reunión de Tobruk, una ciudad del este que por el momento no se ha visto afectada por la violencia, fue simbólica, además sin la presencia de la facción islamista opositora.
“Hemos decidido realizar nuestra sesión inaugural el lunes. La de hoy es meramente consultiva”, declaró el diputado Abu Bakr Biira, quien presidió la reunión a puertas cerradas.
Pese a las divisiones de la clase política entre islamistas y nacionalistas, Biira dijo que quería reunir a todas las partes.
“Queremos unir a la patria y dejar de lado nuestras diferencias”, dijo, tras asegurar que más de 160 de los 188 diputados electos acudieron a esta reunión.
Estas cifras confirmarían una victoria aplastante de los nacionalistas frente a sus rivales islamistas en los comicios, pues estos boicotearon la reunión al considerarla inconstitucional.
Nuri Abu Sahamein, el presidente del Congreso Nacional (CGN, dominado por los islamistas), el Parlamento saliente, mantuvo, también para el lunes, una sesión inaugural, pero en Trípoli.
El movimiento nacionalista acusa a los islamistas de sembrar el caos en el país con el fin de impedir la entrada en funciones del Parlamento, luego de haber perdido las elecciones.
Ataques. En dos semanas, la violencia ha dejado más de 200 muertos y cerca de 1.000 heridos en el país, según el ministerio de Salud.
En Trípoli se enfrentan las milicias rebeldes islamistas y antiislamistas, y en Bengasi las fuerzas armadas y los islamistas.
La comunidad internacional instó, en varias ocasiones, al nuevo Parlamento a que empiece a trabajar rápidamente para intentar poner un poco de orden en las instituciones del Estado y a formar un nuevo gobierno.
En Trípoli, los enfrentamientos se suceden en torno al aeropuerto. En la carretera que lleva a esa instalación hay dos enormes depósitos de carburante que se incendiaron a causa de la cercanía de los combates.
Los bomberos lograron el viernes controlar el fuego, pero un nuevo impacto de un cohete provocó un nuevo incendio.
La violencia llevó a varias naciones occidentales a ordenar la evacuación de sus ciudadanos y diplomáticos.
Gran Bretaña y Polonia anunciaron el cierre de sus embajadas , y Rumania aconsejó a sus ciudadanos salir del país.
Egipto anunció un puente aéreo para sacar a sus ciudadanos y Túnez, que tiene entre 50.000 y 80.000 residentes en Libia, les aconsejó salir del país.