Río de Janeiro. AFP y EFE. La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) fue inaugurada oficialmente ayer con una misa que reunió a 400.000 personas en la famosa playa de Copacabana, en Río de Janeiro.
El papa Francisco envió un mensaje que fue leído por un joven previo a la multitudinaria misa de apertura del arzobispo de Río, monseñor Orani Tempesta, en el que pidió que se dejen “atraer por Jesucristo” y se conviertan en “misioneros”.
“Queridos jóvenes: Cristo tiene confianza en ustedes y les encomienda su misma misión: Vayan, hagan discípulos”, tuiteó el Pontífice poco antes de la misa.
Río de Janeiro se quedó ayer, durante poco más de dos horas, sin metro –uno de los principales medios de transporte para llegar al lugar donde se celebraba la misa– poco antes del comienzo oficial de la JMJ, debido a un problema eléctrico en el servicio.
Millares de peregrinos quedaron atrapados en medio de un tránsito caótico.
Tempesta se dirigió a quienes “aceptan la mano tendida de la Iglesia” y celebró “por todos los que creen que un nuevo mundo es posible (...) por todos los jóvenes, incluidos aquellos perseguidos o lastimados por la vida, (...) desempleados, sin familia, que deambulan por las calles o están presos”.
El arzobispo deseó que todos “participen de un profundo encuentro con Cristo y regresen a sus países como misioneros de una nueva evangelización”.
Más de 400.000 personas –según cálculos de la Policía– se reunieron bajo la bruma poco antes del inicio de la misa para asistir a conciertos y rezar el rosario misionero para pedir paz en el mundo.
Voluntarios cargaron la cruz y una imagen de la Virgen María, símbolos de la JMJ, hacia el enorme podio donde se llevaba a cabo el oficio religioso.
Muchos peregrinos estaban tapados con chaquetas impermeables, tras una jornada marcada por la llovizna, agitando banderas de todos los países y cantando.
Juventud y esperanza. El cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, de cuyo dicasterio dependen las Jornadas Mundiales de la Juventud, resaltó que “esta (la de Río) es una particular. Después de 26 años vuelve a América Latina, un continente joven, un continente de la esperanza” , afirmó Rylko, al tiempo que recordaba las palabras de Juan Pablo II en la cita de Buenos Aires, cuando dijo que tenía puestas sus esperanza en América Latina.
“Sois la esperanza del Papa, sois la esperanza de la Iglesia. América Latina, sé tú misma, fiel a Cristo, resiste ante todos aquellos que quieren ahogar tu vocación de esperanza”, proclamó Juan Pablo II en aquella ocasión.
Rylko destacó que esta jornada es muy particular”, ya que la preparó Benedicto XVI, que tenía previsto asistir, pero renunció antes al papado, y la preside Francisco, el primer pontífice latinoamericano. “Los caminos del Señor son inescrutables”, comentó.
El cardenal destacó que la Jornada Mundial de la Juventud se desarrolla a los pies de la famosa estatua del Cristo Redentor del Corcovado, “con sus brazos abiertos, preparados para acoger a todos los seres humanos” .
Rylko, en la misma línea que el papa Francisco –que dedicó la jornada de ayer a actividades privadas–, pidió a los jóvenes que se dejen abrazar por Cristo, le confíen sus deseos, sus proyectos de futuro, las alegrías más íntimas, las decisiones más difíciles, los miedos y las inquietudes.
“Quien elige a Cristo no pierde nada; al contrario, gana todo, encuentra la felicidad verdadera y la vida plena”, puntualizó.
Tomando unas palabras de Francisco, agregó que Cristo llama a los jóvenes a abandonar la vida cómoda y “derribar los muros del egoísmos e ir con valentía a las periferias geográfica del mundo llevando a Dios” .
“Cristo os necesita, jóvenes. Necesita vuestra fe joven, llena de alegría y de entusiasmo misionero. Cristo cuenta con cada uno de vosotros”, destacó el presidente del Consejo para los Laicos.