Pekín. AP Las madres y los padres no son los únicos que exhortan a sus hijos adultos a visitarlos. Ahora, en China ese imperativo familiar tiene fuerza de ley.
La modificación en la ley que requiere que los adultos visiten o mantengan contacto con sus padres ancianos a riesgo de ser demandados entró en vigencia ayer, en momentos en que China enfrenta dificultades crecientes para cuidar a su población envejecida.
La ley enmendada no cambia mucho, sin embargo, porque los padres ancianos en China ya han estado demandando a sus hijos adultos en busca de apoyo emocional, y la nueva ley no especifica cuán frecuentes deben ser las visitas ni las penas para quienes no cumplan.
“Se enfoca en resaltar el derecho de los ancianos a solicitar apoyo emocional. Queremos enfatizar que existe tal necesidad”, dijo uno de los redactores, Xiao Jinming, profesor de Derecho en la Universidad de Shandong.
Aunque el respeto por los ancianos está arraigado en la sociedad china, 30 años de reformas de mercado han acelerado la ruptura de la tradicional familia extensa.
El número de personas de 60 años o más en China aumentaría de los actuales 185 millones a 487 millones –35 % de la población para el 2053–, según el Comité Nacional Chino sobre Envejecimiento. Esto se debe a un aumento en la expectativa de vida –de 41 a 73 años en cinco décadas– y a las políticas de planificación que limitan a las familias a un solo vástago.