Mursitpinar, Turquía. AFP. Más de mil combatientes rebeldes sirios llegarán a reforzar la defensa de la ciudad fronteriza de Kobane contra los yihadistas, un anuncio de Turquía que fue recibido ayer con desconfianza por kurdos locales.
Los kurdos que se baten contra los milicianos del Estado Islámico (EI) desde hace semanas, esperan, por el contrario, la llegada de más combatientes de su etnia, los peshmergas , provenientes de Irak, a partir de la semana entrante.
Esos peshmergas (un máximo de 200, según un portavoz de la región autónoma kurda de Irak) pasarán por Turquía, que autorizó su tránsito para llegar a Kobane , justo en el lado sirio de la frontera.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el principal partido kurdo sirio (Partido de la Unión Democrática, PYD), cuyo brazo armado defiende Kobane, había aceptado que 1.300 hombres del Ejército Sirio Libre (ESL), opositores al régimen de Bashar al-Asad, llegaran también a Kobane.
El jefe del PYD, Saleh Muslim, acusó a Erdogan de querer “sembrar la confusión” con esos anuncios, según la agencia Firatnews.
El comandante rebelde sirio y exmiembro de la dirección del ESL, el coronel Abdel Jabbar al-Okaidi, confirmó el jueves que sus tropas “llegarían a Kobane en las próximas 36 horas”.
Erdogan hace malabarismos para no perder la batuta en la gestión del conflicto, lidiando al tiempo con los kurdos y con su propia población, que empieza a rebelarse contra la presencia de 1,6 millones de refugiados en suelo turco.
Lucha en pie. Ayudados por incursiones aéreas de la coalición en la lucha de Kobane , los kurdos atacan a los yihadistas en varios frentes y se están recuperando.
Funcionarios estadounidenses declararon que los kurdos son “capaces de resistir” los envites de los extremistas, en comparación con la debilidad de Irak frente al EI.
En el norte de Kobane, el EI intentó progresar hacia el puesto fronterizo de Mursitpinar, con numerosos disparos de mortero. Uno de esos obuses explotó en Turquía, a 200 metros de los soldados, comprobó una periodista de AFP.
Los yihadistas quieren también arrebatar de nuevo una colina donde los kurdos han reemplazado la bandera del EI por la verde amarilla y roja del YPG.
En otros frentes, el régimen sirio parece ganar terreno. En Alepo, la segunda ciudad del país, bastión de los rebeldes, las tropas gubernamentales han tomado posiciones estratégicas, y amenazan con cortar las líneas de suministro.
Sin embargo, en Irak el Gobierno está perdiendo la batalla contra los yihadistas, pese al apoyo aéreo. Según mandos militares estadounidenses, el Ejército iraquí requiere todavía varios meses para poder lanzar una ofensiva de amplitud.