Nairobi. Kenia. El ejército y la policía de Kenia sostenían tiroteos esporádicos ayer con una decena de extremistas islámicos que mantienen tomada parte de un lujoso centro comercial y donde tienen un número indeterminado de rehenes.
La cifra de muertos por el ataque con granadas y disparos de la víspera se elevó a 68, entre ellos un médico peruano. La Cruz Roja dijo que fueron recuperados nueve cadáveres en una misión conjunta de recuperación. Las autoridades dicen que más de 175 personas resultaron heridas en el ataque.
Más de mil personas fueron rescatadas desde el inicio del asalto, el sábado, del centro comercial Westgate a manos de un comando del grupo somalí al-Shebab, vinculado a al-Qaeda.
El ejército keniano ya ha entrado al centro comercial de cuatro pisos y se han producido tiroteos esporádicos. Se vieron a varios soldados llevando al menos dos cohetes lanzagranadas. Helicópteros militares sobrevolaban el lugar.
Citando a fuentes de la policía, la Cruz Roja de Kenia informó en un comunicado de que 49 personas estaban desaparecidas. Las autoridades no informaron de si ese es el número de rehenes. Entre los muertos hubo niños y también hubo 175 heridos, dijo Joseph Lenku, ministro del Interior de Kenia.
Entre las víctimas había varios extranjeros, entre ellos estadounidenses, franceses, un chino y varios canadienses. La Cancillería peruana confirmó la muerte de Juan Ortiz-Iruri, un médico especializado en enfermedades tropicales y funcionario jubilado de la Unicef.
Entre 10 y 15 atacantes aún se encontraban dentro del centro comercial y las fuerzas de seguridad kenianas controlan las cámaras de seguridad del sitio, dijo Lenku.
Al-Shebab, un grupo islámico somalí vinculado con al-Qaeda, asumió la responsabilidad del ataque, en el que se usaron granadas y fusiles de asalto, en un atentado dirigido contra no musulmanes.
Los rebeldes dijeron que el hecho fue una represalia por la incursión del Ejército keniano a Somalia en 2011 y amenazaron con lanzar nuevos ataques.
El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, indicó que su sobrino y la novia de este se encuentran entre las víctimas mortales del ataque. “No podrán escapar a las consecuencias de sus actos despreciables y bestiales”, declaró Kenyatta en un emotivo discurso a la nación. “Castigaremos a los autores intelectuales” de este ataque, aseguró.
Las Fuerzas Armadas kenianas penetraron en Somalia en 2011 y desde entonces mantienen su presencia en el sur del país en el marco de una fuerza africana multinacional que apoya al Gobierno somalí en su lucha contra los shebab.
Las empresas de seguridad mencionaban regularmente al Westgate Mall, como posible objetivo de los grupos afines a al-Qaeda.
Este es el atentado más mortífero de Nairobi desde el ataque suicida de al-Qaeda en agosto de 1998 contra la embajada estadounidense, que dejó más de 200 muertos.