Jerusalén. AFP. Israel comenzó este miércoles a instalar puestos de control en los accesos a los barrios palestinos de Jerusalén Este, en un intento por detener la actual ola de ataques contra ciudadanos israelíes.
A la vez, el Ejército empezó a desplegar a cientos de soldados en ciudades para asistir a la Policía ante la oleada de apuñalamientos y balaceras de palestinos contra civiles y soldados judíos, que siembran el pánico en todo el país.
Por su parte, en sus primeras declaraciones desde que se inició, hace dos semanas, la actual ola de violencia que ha dejado más de 30 muertos, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, dijo apoyar “una resistencia popular y pacífica”, y criticó al Gobierno y a los colonos israelíes que “actúan como terroristas” contra el pueblo árabe.
La nueva ola de violencia ha causado desde el 1 de octubre siete muertos entre los israelíes y unos 30 entre los palestinos, entre ellos varios autores de ataques cometidos sobre todo con arma blanca.
El martes dos hombres mataron a dos israelíes al abrir fuego en un autobús, y otro embistió una parada de autobús con su coche, dejando un muerto.
El miércoles, la Policía de Israel mató a dos agresores con cuchillo en dos intervenciones diferentes en Jerusalén. Uno de ellos fue un hombre armado que hirió a cuchilladas a una mujer cerca de la estación central de buses de Jerusalén, en el segundo ataque con arma blanca del día.
Más temprano, la Policía tiroteó a un hombre que intentó atacar con un cuchillo a un guardia de seguridad a la entrada de la Ciudad Vieja, en la parte este de la ciudad, anexada y ocupada por Israel desde 1967.
Nuevas medidas. También el miércoles, el Gobierno anunció nuevas medidas para intentar frenar la violencia. Así, entre otras cosas, los cuerpos de los palestinos autores de ataques contra israelíes, y muertos por las fuerzas de seguridad, no serán entregados a sus familias.
Además, se suavizarán las reglas de portación de armas para los ciudadanos israelíes.
El Gobierno ya había anunciado durante la noche una serie de medidas, entre ellas la movilización de soldados para ayudar a los policías en las ciudades y en las carreteras israelíes.
Además, autorizó a la Policía “a cerrar o imponer un toque de queda en los barrios de Jerusalén en caso de fricciones o incitaciones a la violencia”, y anunció que reclutará a 300 agentes de seguridad para los transportes públicos de Jerusalén.
Además de destruir las casas de los autores de atentados como hacía hasta ahora, Israel se incautará de sus bienes y revocará sus derechos de residencia permanente, indicó la administración de Benjamín Netanyahu.
Este miércoles, policías armados controlaban cada vehículo que salía del barrio de Jabel Mukaber en Jerusalén Este, de donde procedía la mayoría de los palestinos que estuvieron implicados en los recientes ataques.
Jabel Mukaber limita con la colonia judía de Armon Hanatziv, donde tuvo lugar un atentado el martes contra un autobús. Además, un conductor israelí murió ahí en setiembre, al perder el control de su carro por culpa de las piedras que le arrojaron palestinos, según la Policía.
Rechazo. La instalación de puestos de control en Jerusalén Este ya fue adoptada en otras ocasiones y suscitó el rechazo de los palestinos, ya que complica su vida y sus movimientos; por ejemplo, el traslado de niños a la escuela.
La violencia que azota los territorios palestinos se intensificó desde e1 1.° de octubre, cuando presuntos miembros de Hamás (que gobierna en la franja de Gaza) mataron a tiros a una pareja de colonos judíos en Cisjordania.
Las autoridades israelíes y palestinas no han logrado detener este movimiento de protesta, compuesto sobre todo por muchachos árabes, frustrados por sus condiciones de vida bajo la ocupación israelí.
En cuanto a Jordania, guardián de la explanada de las Mezquitas en Jerusalén, expresó su reprobación ante la decisión israelí de instalar puestos de control en la parte este de la ciudad.
Asimismo, el jefe del Hezbolá chiita libanés, Hasan Nasralá, expresó su apoyo a los ataques de palestinos contra israelíes, calificándolos de “resistencia e intifada”.
En el bando palestino, los funerales cotidianos alimentan la cólera. Cientos de personas asistieron este miércoles en Belén a las exequias de Moataz Zawahra, de 28 años, que murió la víspera en unos enfrentamientos.
Por su parte, el presidente de la Autoridad palestina Mahmud Abas afirmó en esta jornada que apoya “una resistencia popular y pacífica”.
Durante un discurso emitido por la televisión oficial, su primera alocución a los palestinos desde el comienzo de esta nueva ola de violencia, Abas afirmó querer “continuar nuestra lucha nacional” y reafirmó el “derecho a defendernos”.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, planea viajar “pronto” a Oriente Medio para buscar devolver la calma a israelíes y palestinos, dijo este miércoles su portavoz, John Kirby.
Kerry se reunirá con los líderes locales, indicó Kirby, que no pudo confirmar la agenda ni los lugares donde sostendrá los encuentros, en tanto minimizó la posibilidad de una renovación del proceso de paz.