Bagdad. AFP. Las autoridades iraquíes rechazaron ayer las acusaciones de Estados Unidos de que fueron incapaces de combatir y de mostrar voluntad de lucha contra el grupo Estado Islámico (EI) en la ciudad de Ramadi, ahora en manos yihadistas.
El secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, afirmó que la caída de Ramadi el 17 de mayo , la peor derrota que ha sufrido el Gobierno de Bagdad en cerca de un año, pudo haberse evitado.
“Tenemos un problema con la voluntad de los iraquíes de luchar contra EI y defenderse”, dijo el domingo a la cadena CNN el funcionario estadounidense.
Las fuerzas iraquíes no estaban en inferioridad numérica pues “sobrepasaban ampliamente a las fuerzas de sus enemigos”; sin embargo, “fueron incapaces al combatir y se retiraron de la zona”, afirmó.
Washington es uno de los aliados clave en la guerra emprendida por las autoridades iraquíes el año pasado para recuperar territorios conquistados por el grupo EI, por lo que el primer ministro, Haider al-Abadi, no quiso crear polémica.
“Me sorprende que haya dicho eso. Quiero decir, que él ha sido un gran apoyo para Irak. Estoy seguro de que contaba con la información imprecisa”, afirmó al-Abadi a la BBC.
Por su parte, el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, intentó ayer poner fin a la incómoda situación generada por las afirmaciones de Carter.
La Casa Blanca manifestó que Biden llamó a al-Abadi, pocas horas después. Biden “reconoció el enorme sacrificio y valentía de las fuerzas iraquíes en los últimos 18 meses en Ramadi y otras partes”, dijo Washington.
Al aludir a los comentarios de Carter, Biden reafirmó “el apoyo de Estados Unidos a la lucha del Gobierno iraquí contra los yihadistas de EI”.
Revés. Tras meses de bombardeos y de despliegue de asesores para reformar y entrenar a las fuerzas de seguridad de Irak, la estrategia parece haber fracasado frente a las tácticas del grupo .
“Las declaraciones del secretario Carter son sorprendentes y probablemente afecten la moral de las fuerzas”, dijo el experto iraquí Ahmed Alí, profesor del Centro de Educación para la Paz.
Para el vocero de las Unidades de Movilización Popular, que agrupan a varias milicias chiitas, la reticencia de al-Abadi de pedir su participación influyó en la caída de Ramadi.
“Esta falta de voluntad mencionada por el secretario de Defensa estadounidense es la forma que han tenido los enemigos de Irak de representar a las fuerzas iraquíes”, dijo Ahmed al-Asadi.
La caída de Ramadi, punto clave de la provincia de Al-Anbar, situada a 100 kilómetros al oeste de Bagdad, genera dudas, no solo sobre la estrategia del gobierno de al-Abadi, sino también sobre el plan de Estados Unidos.
Mientras tanto, el Gobierno iraquí admitió que hubo errores y prometió investigar la caótica retirada de sus tropas.