Jerusalén. EFE. El partido derechista Likud, principal de la coalición de gobierno de Israel, está inquieto por los resultados que arroja el último sondeo publicado ayer de cara a los comicios del martes, en los que lo supera la coalición de centroizquierda Unión Sionista .
El sondeo publicado por el periódico Yediot Aharonot otorga al Likud 22 diputados (una cifra que se ha mantenido prácticamente constante en las encuestas de días pasados) por 26 del Campo Sionista, que encabeza el líder del Partido Laborista, Isaac Herzog.
Aunque la primera lectura del estudio indica que Benjamin Netanyahu no debería tener problemas irresolubles para formar una mayoría parlamentaria que le permita seguir al frente del gobierno, el aumento en la intención de voto al centroizquierda ha hecho saltar las alarmas en el Likud, algunos de cuyos miembros parecen culparlo de no haber sabido abordar adecuadamente la campaña.
Algunas prominentes figuras del Likud consideran que el discurso que Netanyahu pronunció el 3 de marzo en el Congreso de EE. UU.en el que advirtió del peligro de un acuerdo entre Irán y la comunidad internacional sobre el programa nuclear de Teherán, no surtió el efecto deseado, informó ayer el periódico Haaretz .
“Algo no está funcionando como debiera. El discurso de Netanyahu en el Congreso debería haber servido para reforzar al Likud en las encuestas; sin embargo, está claro que no ha sido así”, indicaron las fuentes.
“Nos presentamos a estas elecciones pensando que no teníamos rival y los datos muestran otro escenario mucho más complejo”, agregaron los informantes, que admitieron que ven factible la victoria de la Unión Sionista en los comicios, al menos en cuanto a la obtención de un mayor número de diputados.
De acuerdo con Haaretz, el Likud se enfrenta al reto de frenar la pérdida de un número importante de votantes.
A la vista de esos sondeos, en el Likud se están comenzando a escuchar voces críticas con Netanyahu, incluso en el supuesto de que, en virtud de la aritmética parlamentaria y del juego de combinaciones que esta propicia, pueda seguir al frente del Gobierno israelí.
Para los críticos, parece un hecho que la Unión Sionista aventajará al Likud en número de diputados por lo que, en cualquier caso, “esta campaña habrá sido un fracaso colosal, del que Netanyahu será el principal responsable”, dijo a Haaretz un destacado miembro del partido derechista, cuyo nombre no se cita.
El miembro del Likud reprocha a Netanyahu haber dado un sesgo en exceso personalista a la campaña, una baza muy arriesgada habida cuenta de que al final el votante ha tendido a identificar en una sola cosa partido, ideología, cabeza de cartel y jefe del Ejecutivo.
Y por si Netanyahu no tuviera ya bastantes problemas, la emisora de televisión israelí canal 10 informó de que rechazó ser entrevistado por uno de sus periodistas porque había publicado informaciones muy críticas en su contra.
Con motivo de las elecciones, Netanyahu acordó una serie de entrevistas con los principales medios israelíes, entre ellos canal 10, que se iba a emitir el jueves.
Sin embargo, cuando el primer ministro se enteró de que el periodista que lo iba a entrevistar era Raviv Drucker, un prestigioso analista que ha publicado varias informaciones sobre sus presuntas actividades ilegales en el ámbito financiero, solicitó a Canal 10 un cambio en el formato que pasaba por sustituir al entrevistador.
Canal 10 no aceptó el relevo de periodista que le proponía la oficina del primer ministro y, en consecuencia, desestimó hacer la entrevista, según informó la edición digital del periódico Yediot Aharonot.
En lugar de emitir la entrevista, la periodista de canal 10 Tamar Ish Shalom, que iba a hacerla junto con Druckner, leyó un comunicado en directo en el que manifestaba la protesta de la cadena por lo que consideraba una intromisión del primer ministro al ejercicio de la libertad de información.
Netanyahu “vetó a Drucker. No podíamos aceptar sus peticiones y, de este modo, nos vimos obligados a cancelar la entrevista. Es triste no poder hacerle preguntas al primer ministro, pero en canal 10 no aceptamos directrices externas o restricciones procedentes de ningún candidato", dijo la periodista.