Bagdad. AFP. El nombramiento del chiita Haidar al-Abadi como nuevo primer ministro en Irak, fue bien recibido por la comunidad internacional, que lo instó a formar un gobierno de unidad nacional, capaz de frenar a los yihadistas que controlan parte del país.
Después de que Estados Unidos empujó hacia la salida al anterior primer ministro , Nuri al-Maliki, Irán, su principal aliado en la región, también le retiró el apoyo.
Además de las Naciones Unidas, Estados Unidos, la Unión Europea, la Liga Árabe, Irán y Arabia Saudí también saludaron el nombramiento de Abadi. Washington lo exhortó a que “forme nuevo gobierno lo antes posible”.
Estados Unidos está enviando armas, por medio del Gobierno iraquí, a los kurdos para ayudarles en su batalla contra los yihadistas del [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20140812_0009]]Estado Islámico[[END:INLINEREF]] (EI) que han conquistado regiones enteras del territorio situado en el norte del país.
Londres dijo ayer que podría transportar material militar proveniente de otros países para entregarlo a las fuerzas kurdas.
Abadi, quien recibió el mandato del presidente iraquí, Fuad Masum, para formar gobierno, tras haber sido elegido por el bloque parlamentario chiita, tiene 30 días para componer uno que incluya todas las fuerzas políticas del país .
Según el presidente estadounidense, Barack Obama, este gabinete debe poder “representar los intereses legítimos de todos los iraquíes y unir al país en la lucha contra el Estado Islámico”.
En una alusión clara a al-Maliki, que se aferra a su puesto tras ocho años en el poder, Obama instó a “todos los dirigentes políticos iraquíes a trabajar pacíficamente durante los próximos días”.
Pese a que rechaza ser reemplazado al frente del Gobierno iraquí, al-Maliki, que sigue al frente de las fuerzas militares y de seguridad hasta que Abadi asuma la jefatura del Gobierno, pidió a las Fuerzas Armadas de Irak que se mantengan al margen de la crisis política.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también advirtió ayer de que las fuerzas de seguridad iraquíes no deben intervenir en la crisis política resultante del nombramiento del nuevo primer ministro.
En este contexto tenso, las fuerzas especiales, la Policía y el Ejército estaban desplegadas en masa en la capital, Bagdad, en los alrededores de posiciones estratégicas.
Críticas. Si bien contó con el apoyo de Washington en los últimos años, muchos responsables estadounidenses no han cesado de criticar a al-Maliki desde el inicio de la ofensiva yihadista, culpándolo de incentivarla al marginar al sunismo.
Al-Maliki parece más aislado que nunca, ya que ha sido abandonado por sus aliados y los miembros de su propia coalición, que lo acusan de haber llevado al país al borde del precipicio con su política confesional y su autoritarismo.
En el norte del país, Estados Unidos, cuyas tropas invadieron Irak en el 2003 y, tras derrocar Sadam Huseín, permanecieron en el país hasta fines del 2011, volvió a llevar a cabo ataques aéreos contra posiciones yihadistas por quinto día consecutivo, cerca de Sinjar, bastión de la minoría yazidí.