Accra. AFP. Las autoridades de Ghana decidieron plantar cara al tráfico de droga, procedente en muchas ocasiones de América Latina, una lacra para este país considerado el alumno aplicado de África occidental, pero convertido en un centro de intercambio internacional de sustancias ilícitas.
“Hasta ahora, los sucesivos gobiernos ghaneses y la sociedad ghanesa en su conjunto habían subestimado el impacto de un tráfico así”, manifestó Stephen Ellis, profesor de Historia de África en la Universidad Libre de Ámsterdam.
El problema no es nuevo en la región. En Guinea-Bisáu, los traficantes fueron acusados de haberse infiltrado en el Gobierno y en el Ejército. En Malí, grupos vinculados a al-Qaeda son sospechosos de haber financiado sus operaciones gracias al dinero de la droga.
La diferencia es que Ghana está considerada el país en ascenso del continente. Las seis elecciones presidenciales que se celebraron en el país desde 1992 son ejemplo de su estabilidad política. Además, su producción de oro, de cacao y su industria petrolera la convierten en la segunda economía de la región.
La detención de uno de los responsables de la seguridad del aeropuerto internacional de Accra, durante una operación desarrollada por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), permitió aclarar mejor los métodos que usan los traficantes.
Solomon Adelaquaye, al frente de una empresa privada encargada de la seguridad del aeropuerto Kotoka, está acusado de haber urdido un complot con dos nigerianos y un colombiano para colocar cocaína y heroína en vuelos con destino al extranjero.
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