México
El gobierno de Estados Unidos espera que el narcotraficante mexicano Joaquín el Chapo Guzmán sea extraditado a su territorio "hacia finales de año", después de un proceso que su defensa prometió obstaculizar.
El procedimiento se puso en marcha el viernes, después de que un juez federal de Ciudad de México se pronunció a favor de la extradición solicitada por una corte de California, que acusa a el Chapo de asociación delictuosa para importar y poseer cocaína con la intención de distribuirla.
El fallo se produjo horas antes de que Guzmán fuera trasladado la madrugada del sábado desde la cárcel de máxima seguridad de El Altiplano, cerca de Ciudad de México, al penal federal de la fronteriza Ciudad Juárez, que es considerado el peor del sistema federal, según un informe del Ombudsman.
El gobierno mexicano insiste en que el penal es seguro, en tanto afirmó que el repentino movimiento no tiene nada que ver con el proceso de extradición, sino que obedece "estrictamente" a protocolos de seguridad y a distintas obras para reforzar la seguridad de El Altiplano, de donde el capo se fugó en julio del 2015 a través de un túnel cavado debajo de su celda.
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La decisión del juez se dio el viernes y la cancillería fue notificada este lunes sobre el fallo, dijo la secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado, en el que precisó que una vez que reciba el expediente de extradición, cuenta con 20 días hábiles para resolver su procedencia.
Una fuente del Consejo de la Judicatura Federal recordó que el Guzmán también tiene pendiente un pedido de extradición desde Texas por homicidio.
Aunque inicialmente el gobierno mexicano se resistió a la extradición del capo, cambió de idea tras su vergonzosa fuga en julio y recaptura en enero: el presidente Enrique Peña Nieto manifestó que quería extraditarlo a Estados Unidos lo antes posible.
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Después de que la cancillería determine si acepta su extradición, la defensa de Guzmán tiene 30 días para promover un juicio de amparo y, de negarse ese amparo, un grupo colegiado de jueces debería evaluar el caso para proceder a su extradición siempre y cuando México le suspenda los cargos.
"Nosotros estamos buscando detener la extradición, es nuestro objetivo primordial" y buscaremos el juicio de amparo, dijo José Refugio, uno de los abogados del capo, quien aseguró estar "muy preocupado" de que su cliente sea deportado de forma expedita sin seguir el protocolo.
El letrado aseguró que Guzmán solo aceptaría la extradición si alcanzara un "convenio" con el gobierno estadounidense, declarándose culpable y colaborando con información de inteligencia a cambio de beneficios penitenciarios.
Refugio dijo que el Chapo ya tiene un abogado en Estados Unidos, William Stuttgart, pero que aún no logró concretar ninguna negociación.
"Si se hace un convenio se va a tramitar (la extradición), si no se va a luchar con todas las armas para evitar la extradición", remarcó el abogado.
Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la Oficina de Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), dijo que el gobierno estadounidense no negociaría con el Chapo.
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Agregó que la DEA ya rechazó hacerlo una vez que fue contactada por el capo cuando estaba preso en Puente Grande, Jalisco, de donde se fugó en el 2001.
Contactados en aquel momento por allegados al narcotraficante, dos agentes de la DEA se reunieron en prisión con el narco en algún momento entre 1996 y 1997 usando el nombre clave de Tito, ocasión en la que el capo propuso darles información de rutas de droga y de funcionarios involucrados en el narcotráfico si Estados Unidos retiraba o dejaba de presionar para obtener la orden de extradición.
Pero "el trato nunca prosperó y nunca negociamos con él porque es el capo más poderoso del mundo y negociar con él sería un error grave", agregó Vigil.