São Paulo, Brasil. EFE. El Gobierno del estado brasileño de São Paulo endureció ayer su posición frente a los empleados del metro de la mayor urbe del país, quienes al final del día decidieron suspender la huelga hasta mañana , víspera del partido inaugural del Mundial de Fútbol 2014.
Además de negarse a atender las nuevas reivindicaciones del sindicato que representa a los empleados del metro, el Gobierno regional anunció el despido de 42 huelguistas, amenazó con nuevos despidos si no normalizan las actividades y autorizó a la Policía a dispersar con gases lacrimógenos a un grupo de manifestantes que intentaba impedir el acceso a una estación del tren metropolitano.
Tras las amenazas del Gobierno y el fracaso de las negociaciones, el sindicato que representa a los trabajadores decidió suspender la huelga, que el lunes cumplió cinco días, hasta el miércoles, momento cuando se realizará una nueva asamblea para discutir el rumbo que tomará el movimiento.
De esta forma, se preveía que los empleados volvieran a laborar anoche, aunque el sindicato advirtió que existe la posibilidad de retomar la huelga el jueves, fecha del partido inaugural en São Paulo entre Brasil y Croacia.
El metro es el principal medio de transporte para llegar al estadio estadio Arena Corinthians y las autoridades calculan que lo usarán unos 50.000 aficionados con entradas para el juego.
Posición firme. El gobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin, justificó el endurecimiento de su posición en la decisión tomada el domingo por el Tribunal Regional de Trabajo, que declaró la huelga ilegal por considerarla “abusiva” y determinó que el sindicato pague una multa de 500.000 reales (unos $222.120) diarios en caso de que mantenga la paralización.
Según el gobernador, la decisión judicial permite despedir “por justa causa” a huelguistas contra los que se tienen pruebas de actos vandálicos.
El secretario de Transportes regional, Jurandir Fernandes, informó de que el Gobierno despidió a 42 empleados y podría echar a 13 más.
El mismo Tribunal, en una audiencia de conciliación, también determinó que el metro paulista, gestionado por el Gobierno regional, conceda un alza salarial del 8,7% a los empleados, frente al 12,2 % que reclamaban estos.
Pese a que en la mañana solo estaban abiertas la mitad de las 65 estaciones del metro, al final de la tarde 51 estaciones ya funcionaban y estaba previsto que a lo largo de la noche se restableciera el resto.
Ante la decisión judicial, el ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo, dijo creer que los empleados del metro de São Paulo se reincorporarían a sus puestos antes del inicio del Mundial.
Sobre una posible alternativa de transporte durante el Mundial en caso de que los trabajadores de metro decidan continuar la huelga, Rebelo se limitó a señalar el pronunciamiento judicial.
A pesar de que el sindicato recomendó a los empleados mantener la paralización hasta que el Gobierno regional revisase su decisión de despedir a los huelguistas, finalmente fue suspendida, al menos, hasta el miércoles.
En las negociaciones, el gobernador Alckmin descartó revisar la decisión del despido y exigió el inmediato regreso de los empleados a sus puestos de trabajo. Horas después el sindicato acordó la suspensión temporal del movimiento de protesta.