Varsovia y Washington
El presidente estadounidense, Donald Trump, prometió este jueves una respuesta "bastante dura" a Corea del Norte, tras su disparo de un misil balístico intercontinental, un día después de que Estados Unidos y Francia pidieron nuevas sanciones contra Pionyang.
"Llamo a todas las naciones a afrontar esta amenaza global y a demostrar públicamente a Corea del Norte que hay consecuencias a su muy, muy mal comportamiento", declaró Trump durante una visita a Varsovia, antes de participar en una cumbre del G20 en Hamburgo, Alemania.
Washington se plantea tomar medidas "bastante duras", añadió, sin dar más detalles.
Horas después, su secretario de Defensa, Jim Mattis, explicó que esas medidas serían diplomáticas.
"Estamos lidiando con una muy seria escalada militar, una provocación, una afrenta a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", manifestó en Washington.
"Seguimos en la ruta diplomática, involucrando a nuestros aliados y naciones amigas en todo el mundo", añadió.
La víspera, Estados Unidos, respaldado por Francia, mostró en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) su intención de proponer nuevas sanciones contra Corea del Norte, pero Rusia ya advirtió de que se opondrá.
El lanzamiento del misil norcoreano, que según expertos puede alcanzar Alaska, "es una clara y nítida escalada militar", aseguró la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.
Entretanto, la Unión Europea y Japón llamaron el jueves a estudiar nuevas sanciones internacionales contra Corea del Norte, anunció el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
"Hoy acordamos llamar a la comunidad internacional a reforzar las medidas que buscan restringir todavía más la transferencia de artículos y tecnología", expresó Tusk tras reunirse en Bruselas con el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
En los meses iniciales de su mandato, Trump apostó por convencer a China de que controlara los arrebatos nucleares de su aliado norcoreano, pero el paso del tiempo lo convenció de que Pekín no obraría en ese sentido.
En una última señal de su creciente fricción con el gigante asiático, Trump afirmó el miércoles en Twitter que China estaba minando los esfuerzos de Estados Unidos y había aumentado su comercio con Pyongyang.
Lo único posible. Según Frank Aum, exasesor sobre Corea del Norte del Departamento de Defensa, aumentar las sanciones es la única opción realista para Estados Unidos.
"No creo que en la administración Trump se planteen ninguna otra opción. Ya no creen realmente en las negociaciones y piensan que deben aumentar la presión, sobre todo en materia financiera".
Lo que sí parece poco probable es emprender un ataque preventivo, dados los riesgos.
Ni siquiera un "ataque quirúrgico" contra instalaciones nucleares y de misiles destruiría el arsenal norcoreano o impediría que Kim Jong-un responda rápidamente con artillería de largo alcance que podría cobrar la vida de un gran número de surcoreanos en cuestión de minutos.
Entonces podría darse un enfrentamiento abierto. Y aunque el jefe del Pentágono, Jim Mattis, afirma que Estados Unidos dominaría, también cree que sería una "guerra catastrófica".
El jueves, en Polonia, Trump dijo que es momento de hacer frente a Corea del Norte. "No me gusta hablar de lo que he planeado, pero hay cosas bastante severas en las que he estado pensando", planteó. "Eso no significa que vayamos a hacerlas".
Trump no mencionó cuales son las "severas" opciones que sopesa. El Gobierno ha revisado su política en torno a Corea del Norte durante meses, y previamente declaró que la "paciencia estratégica" había fracasado.
Pero Trump afirmó que sus asistentes no han descartado la posibilidad de un conflicto bélico contra un adversario que desafía abiertamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y amenaza a Estados Unidos.