La Habana. EFE y AP. El presidente de Cuba, Raúl Castro, anunció ayer que su gobierno trabaja en la elaboración de un proyecto de ley para la inversión extranjera, que se someterá a la aprobación de la Asamblea Nacional en marzo del año próximo.
En su discurso de clausura del segundo y último pleno parlamentario del año, Castro desveló que el Consejo de Ministros aprobó perfeccionar la política para la inversión extranjera, un factor de “singular importancia para dinamizar el desarrollo económico y social del país”, resaltó.
“A partir de ello, se trabaja en la elaboración de un proyecto de ley en esta materia que queremos someter a una próxima sesión en la Asamblea Nacional que, según se acordó ayer, será en marzo como reunión extraordinaria para tratar este tema y otros más”, añadió el mandatario cubano en su discurso, que fue transmitido por la televisión estatal.
Raúl Castro no precisó detalles del contenido de esa nueva ley ni las novedades que supondrá respecto a la normativa vigente.
El presidente hizo este anuncio tras recordar el “enorme interés” que ha concitado la creación de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), “llamada a convertirse en un importante polo de atracción de la inversión extranjera y, al mismo tiempo, en polígonos de experimentación de modernas tecnologías y métodos de gestión empresarial en armonía con la preservación del medio ambiente”.
A finales de enero, Cuba inaugurará la primera etapa de la terminal de contenedores construida en el puerto del Mariel, el corazón de esa zona especial de desarrollo, que ha contado con financiación del Gobierno de Brasil.
Castro clausuró el sábado el pleno ordinario de la Asamblea Nacional de Cuba (Parlamento unicameral) que analizó la marcha económica del país y las reformas para “actualizar” el modelo socialista.
Castro se opuso a acelerar las reformas. “No ignoramos que quienes nos apremian a acelerar el paso nos empujan al fracaso, a la desunión y a dañar la confianza y el apoyo del pueblo en la construcción del socialismo ” .
La advertencia, dijo, es tanto para quienes piden cambios “ con sanas intenciones” como para aquellos que lo hacen con animadversión hacia el modelo.