Bogotá
Colombia declaró la emergencia económica tras la devastación que dejó una avalancha en la sureña ciudad de Mocoa, con el fin de agilizar la reconstrucción, que será liderada por el ministro de Defensa, dijo este lunes el presidente Juan Manuel Santos.
"En el Consejo de Ministros hemos declarado la emergencia económica, social y ecológica, para poder efectuar las modificaciones y los traslados presupuestales y adoptar todas las medidas necesarias para atender este desastre", dijo el gobernante en una declaración desde la presidencial Casa de Nariño.
Según había explicado más temprano la ministra de Vivienda, Elsa Noguera, entrevistada en Caracol Radio, la declaratoria de emergencia permite "que podamos hacer contrataciones de manera directa y evitar los procesos tradicionales que tardan hasta tres meses.
La avalancha, la madrugada del sábado, ocurrida por el desborde de tres ríos, que cubrió de lodo, piedras y troncos la selvática Mocoa, capital del departamento del Putumayo, se ha cobrado la vida de 262 personas con similar número de heridos, lamentó el presidente Santos. "Debo informar con gran pesar que el número de fallecidos sigue aumentando", afirmó.
El gobierno aprobó también el desvío de 40.000 millones de pesos colombianos (unos 13,7 millones de dólares) del fondo interministerial a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), que lidera los esfuerzos para normalizar la situación en Mocoa, para atender las prioridades de la emergencia.
Santos también designó como gerente de la reconstrucción a su ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
El presidente recordó que Villegas "lideró con éxito" la reconstrucción del eje cafetero (centro del país), afectado por un mortal terremoto en 1999, una labor que fue tomada como ejemplo por organismos como el Banco Mundial, que lo adoptó como estándar de gestión para aplicar en zonas afectadas por terremotos.
Exnegociador de paz con la guerrilla FARC, que incluso secuestró a una de sus hijas, Villegas es un abogado de 59 años que durante 17 presidió el gremio de los industriales. Antes de ser ministro de Defensa fue embajador de Colombia en Estados Unidos.
Santos aseguró que las labores de socorro y de reconstrucción en Mocoa se realizan de manera paralela.
Prometió un nuevo acueducto, un nuevo hospital, la construcción de nuevas viviendas, y el diseño de un plan de energía "para superar la emergencia y para quedar mejor que antes".
Aún no se conoce el costo que supondrá reconstruir la ciudad, donde unas 45.000 personas están afectadas por la tragedia, según la Cruz Roja Colombiana (CRC).
El drama de los niños.
En Mocoa hay un drama que destaca entre muchos: el de los niños muertos, heridos, perdidos o que quedaron sin hogar. Según cifras oficiales, al menos 43 niños fallecieron.
En el principal refugio de Mocoa, ubicado en la sede de un instituto tecnológico, hay niños por doquier. Allí, el "Padre Omar", como todos le llaman y quien fue párroco en los barrios más afectados, dice que hacen falta "psicólogos especializados en catástrofes".
"El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) está haciendo una labor titánica, hay niños huérfanos, muchos niños muertos", asegura.
Por orden del presidente Juan Manuel Santos, la directora del ICBF, Cristina Plazas, llegó este lunes a la zona.
Mientras tanto, animadores organizan bajo una gran carpa actividades para los más pequeños y también dan asesoría a los mayores con familiares perdidos.
Los hijos adoptivos de Alexander Otero, de siete y tres años, están entre las decenas de chiquillos que corretean por el refugio, algunos con globos, otros con alguna muñeca que lograron rescatar.
"Los niños hasta ahorita parecen bien, hasta ahorita están estables, pero en la noche se asustan", dice Otero, de 41 años, sobre los hijos de su esposa a quienes ha "criado desde pequeñitos".
"Están afectados, siempre se ven asustados y además dicen '¿será que va a haber más avalanchas?' Con ellos me tocó pasar casi a las dos y media de la mañana por el lodo, por las rocas", cuenta preocupado por la salud mental de los niños y también por no saber "adónde ir".