Washington.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se congratuló este lunes por la nominación de Haidar al Abadi, como el nuevo primer ministro de Irak, y urgió a una transición pacífica del poder en Bagdad.
"Este nuevo liderazgo tiene la difícil tarea de recuperar la confianza de sus ciudadanos gobernando en forma inclusiva y tomando medidas para demostrar su determinación", dijo Obama en una declaración de prensa durante sus vacaciones en la isla de Martha's Vineyard, Massachusetts.
Destacando su posición de que no hay "una solución militar estadounidense" para la crisis iraquí, Obama calificó la nominación de Abadi para remplazar al controvertido Nuri al Maliki como "un paso promisorio".
"La única solución durable es que los iraquíes se unan y formen un gobierno inclusivo", dijo el mandatario, tras reiteradas críticas de que Maliki gobernó en forma excluyente para favorecer a la mayoría chiita del país.
Obama subrayó la necesidad de formar rápidamente un gobierno que represente los intereses de todos los iraquíes y que pueda "unir al país" en la lucha contra el Estado Islámico (EI).
En una clara referencia a Maliki, que rechaza ceder el puesto tras ocho años en el poder, Obama llamó a "todos los dirigentes políticos iraquíes a trabajar pacíficamiente en los días venideros".
La administración estadounidense acusa desde hace varios meses a Maliki, un chiita de 63 años, de alimentar la ofensiva de los yihadistas sunitas por su política confesional. Este lunes, Maliki consideró la nominación de Abadi, miembro de su partido, como una violación de la constitución iraquí, realizada con el apoyo de Washington.
Obama comprometió el apoyo a Abadi y lo exhortó a formar un nuevo gabinete lo antes posible. "Exhorto a todos los líderes políticos iraquíes a trabajar pacíficamente para hacer avanzar el proceso político en los próximos días", dijo.
El presidente subrayó que los ataques aéreos estadounidenses de estos últimos días habían ayudado a prevenir que los yihadistas se aproximaran a Erbil, la capital del Kurdistán iraquí y, por tanto, a proteger a los estadounidenses que allí se encuentran.
De su lado, el Pentágono aseguró que no tiene planes de extender la campaña de ataques aéreos más allá de la región norte de Irak. "No hay planes para expandir la actual campaña aérea más allá de las actividades de autodefensa", dijo el teniente general William Mayville a los periodistas en el departamento de Defensa.
El Centcom, el comando militar estadounidense que cubre Medio Oriente y Asia central, informó que los aviones estadounidenses habían atacado este lunes cuatro puestos de control del EI y destruyeron tres de ellos, así como varios vehículos, cerca de Sinjar para "defender a los civiles yazidi de la región".
Los ataques están acompañados de lanzamientos de ayuda humanitaria destinada a decenas de miles de cristianos y yazidis: 60.000 litros de agua y 75.000 raciones de comida para los refugiados, lanzados en paracaídas por el Pentágono y las fuerzas británicas, según el organismo estadounidense.
A la vez, el departamento de Estado anunció la entrega de armas a las fuerzas kurdas.
"Colaboramos con el gobierno iraquí para enviar armas a los kurdos, que las necesitan bastante. Les proporcionamos armas de nuestros arsenales", dijo Marie Harf, portavoz de la diplomacia estadounidense.
La crisis que afecta Irak impulsó al gobierno federal de Bagdad y al Kurdistán, cuyas relaciones son habitualmente muy tensas, a cooperar, subrayó Harf. Además, insistió en que los dos bandos están luchando juntos para detener el avance de los islamistas.
"Hemos visto un nivel de cooperación sin precedentes entre las fuerzas iraquíes y las kurdas. Es algo que no existía en el pasado, ambas se están ayudando", afirmó Harf.