Los primeros resultados filtrados ayer por los medios estatales y privados apuntan a que la nueva Carta Magna fue refrendada por más del 95% de los votantes, un apoyo que se vio beneficiado por los casi inexistentes llamamientos para votar por el “no”.
Tras la más que segura ratificación del texto –que nadie ponía en duda antes del referendo– Egipto se encaminará previsiblemente hacia las elecciones presidenciales, ante las que sale reforzada la figura del jefe de las Fuerzas Armadas, general Abdel Fatah al Sisi , quien sugirió que se presentaría si “el pueblo” así se lo pedía.
Sin embargo, todavía no se ha despejado cuál fue el índice de participación, verdadero caballo de batalla en la consulta, aunque las autoridades ya han dejado caer que esta sobrepasó el 33% que participó hace un año en la consulta sobre el proyecto de Constitución redactado por los Hermanos Musulmanes y sus socios islamistas.
La Alianza por la Legitimidad, coalición islamista que reclama la restitución de Mohamed Mursi, el presidente derrocado en julio del 2013–, rechazó los resultados y proclamó el “triunfo histórico” del boicot a la consulta.
“Déjenlos que se rían de sí mismos y celebren fiestas ilusorias”, manifestó la coalición.
Los islamistas consideraron falsas las cifras difundidas y señalaron que suponen un regreso a “las mentiras de las seis décadas pasadas”, en las que los militares dirigieron la política egipcia.