Oslo. AFP. Noruega, que hizo de las conversaciones de paz un pilar de su diplomacia, hasta ahora con un éxito relativo, va a retomar su bastón de peregrino al tratar de ayudar a pacificar Colombia, tarea difícil pero no imposible, según especialistas.
Dos décadas después de haber acogido las primeras conversaciones israelo-palestinas que habían desembocado en los “Acuerdos de Oslo”, el reino escandinavo –anfitrión del Premio Nobel de la Paz– está de nuevo en una de estas mediaciones que son su especialidad.
“Es un rasgo cultural de la Noruega protestante, esa necesidad de ir en misión evangélica, de difundir su percepción del mundo”, analizó Asle Toje, quien es politólogo de la Universidad de Oslo.
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