Israeli soldier Gilad Shalit walks towards his home at Mitzpe Hila following a landmark deal with Hamas which freed Gilad after five years of captivity, on October 18, 2011. Newly-released Israeli solder Gilad Shalit arrived by helicopter at his family home in the northern village of Mitzpe Hila to a raucous welcome by thousands of cheering Israelis. AFP PHOTO/HO-IDF (-)
La liberación del soldado israelí Gilad Shalit, a cambio de 1.027 palestinos encarcelados (el primer grupo de 477 fue liberado ayer), llenó de alegría las calles de Palestina e Israel, pero no acabó con las amenazas de uno y otro bando.
En Gaza, una multitud se congregó en el parque de las Brigadas para celebrar la llegada de los liberados. “Queremos otro Shalit”, gritaban, según informó el diario español
Dirigentes del grupo radical islámico palestino Hamás se hicieron presentes y anunciaron su intención de capturar a más soldados israelíes hasta lograr la liberación de todos los presos, relató el corresponsal de ese diario.
Por su parte, en un discurso en una base al sur de Israel, donde recibió a Shalit, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, prometió que su país “continuará combatiendo el terrorismo”.
“Es duro ver a esos salvajes en libertad, pero también sé que es el mejor acuerdo posible y no había seguridad de que estas condiciones se podrían mantener en el futuro”, agregó Netanyahu, según consignó el diario
Un segundo grupo de 550 detenidos palestinos deberá ser liberado en los próximos dos meses, conforme al acuerdo alcanzado por intermedio de Egipto.
Shalit, de 25 años, llegó por la tarde al pueblo donde vive su familia, al norte de Israel. “Hoy terminamos un largo y agotador viaje que comenzó en junio del 2006”, se alegró su padre, Noam Shalit.
La televisión egipcia fue la primera en mostrarlo en el momento de su traslado de Gaza hacia Egipto, desde donde fue trasladado a Israel. En declaraciones a la televisión, Shalit dijo tener buena salud, evaluación confirmada luego por el Ejército israelí.
El soldado manifestó que tiene ganas de reencontrarse con “la gente normal y corriente para contarles lo que me ha pasado durante estos largos años”.
Después del anuncio de su traslado hacia Israel, fue liberado el primer grupo de prisioneros en Cisjordania y en Gaza.
Ocho autobuses que transportaban a unos 300 prisioneros palestinos liberados entró en Rafá, en la franja de Gaza, proveniente de Egipto. Allegados y dignatarios los recibieron antes de dirigirse a Gaza, en donde unas 200.000 personas los esperaban.
En Cisjordania, otros autobuses llegaron a Ramalá, donde los exdetenidos fueron saludados por el presidente Mahmud Abas.
“Vuestro sacrificio no ha sido en vano”, dijo Abas, quien le recordó a Israel que “las futuras negociaciones estarán basadas en el establecimiento de un Estado palestino sobre las fronteras de 1967”.
La secretaria de Estado de EUA, Hilary Clinton, celebró desde Libia “el fin de una larga prueba” para el soldado israelí. Asimismo, el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, reconoció que su país advirtió a Israel sobre la peligrosidad de algunos detenidos y le había expresado su desacuerdo con la liberación. Agregó que, por lo que sabía, las reservas estadounidenses no fueron tomadas en cuenta.