Desde mayo, el presidente ha participado en 69 eventos similares, cuyos boletos de ingreso llegaron a costar varias decenas de miles de dólares.
Su rival, Mitt Romney, ha organizado 105, con lo cual ambos han protagonizado una carrera en búsqueda de fondos para sus respectivas campañas que ha movido unos $1.300 millones.
Sin embargo, la campaña para las elecciones del 2012 no será mucho más costosa que la precedente, del 2008, puesto que esta vez Obama no tuvo que financiar unas primarias.
Al 31 de agosto último, el candidato demócrata a la reelección había recaudado $432 millones ($746 millones en el 2008), contra $274 millones de Romney ($288 millones de John McCain en el 2008), según las cuentas comunicadas a la Comisión Federal Electoral (FEC).
A ello hay que agregar los fondos recaudados por los partidos Demócrata y Republicano ($233 y $283 millones, respectivamente) y por los comités de apoyo independientes, los llamados “Súper PAC” (Comités de Acción Política) ($36 y $97 millones).
Sumando esas cifras, se llega a un total de $701 millones de recaudación para Obama y $654 millones para Romney, un global superior a los $1.300 millones entre ambos.
Aunque Obama no ha llegado todavía al nivel del 2008, su supremacía sobre Romney es clara, fundamentalmente en razón del flujo de “pequeñas” donaciones de particulares: el 37% de los fondos recaudados por el demócrata provienen de cheques de menos de $200, frente a solo 16% para el republicano.