Sofía
Boiko Borisov, ministro y exoficial de la fuerza aérea de Bulgaria, se perfilaba el domingo como el ganador de las elecciones presidenciales del país, sin embargo no logró el número suficiente de votos para evitar una segunda vuelta, según encuestas de salida.
Si los resultados definitivos coinciden con los de las encuestas de salida, Radev y Tsacheva disputarán la presidencia en una segunda vuelta electoral prevista para el 13 de noviembre.
Borisov mantenía una estrecha ventaja sobre su rival del partido gobernante de centro derecha, la presidenta del Parlamento Tsetska Tsacheva, señalada como favorita antes de la votación del domingo.
La mayoría de los analistas políticos coinciden en que una posible victoria de Radev en la ronda de desempate representa un peligro para el primer ministro Boiko Borisov y su partido gobernante Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB por sus siglas en búlgaro) , y podría obligar a que se adelanten las elecciones generales en la primavera con la subsecuente reorganización de la escena política del país.
Las relaciones del país balcánico con Rusia, el futuro de la Unión Europea y el aumento de la llegada de extranjeros desde que los países vecinos cerraron sus fronteras a los refugiados y los migrantes que huyen de África y el Oriente Medio fueron temas dominantes durante la campaña electoral.
Las elecciones se desarrollaron en medio de una crisis de migrantes en la vecina Turquía y las crecientes tensiones entre Rusia y Occidente.
En Bulgaria, el presidente, elegido por cinco años, desempeña sobre todo un papel protocolario, aunque es una figura respetada a la que se puede recurrir en casos de crisis. Por primera vez, votar en las elecciones presidenciales es obligatorio. Al mismo tiempo se realiza un referendo en el cual los 6,8 millones de votantes del país decidirán sobre una serie de temas relacionados con el l proceso electoral.
Preferidos. Entre los 21 candidatos dos eran los favoritos: la presidenta del Parlamento, Tsetska Tsacheva, de 58 años, miembro del gobernante partido conservador GERB; y el general Rumen Radev, de 53 años, excomandante de las fuerzas aéreas y líder del partido socialista, que aboga por mejorar las relaciones con Rusia.
"Voto por la estabilidad y la seguridad de una Bulgaria próspera", declaró este domingo Tsacheva en su ciudad de Pleven (norte), situada en una de las regiones más pobres de Europa.
La campaña presidencial hizo hincapié en la lucha contra la pobreza, la crisis demográfica y el éxodo de la población, en un país donde el salario medio es de 480 euros al mes.
Voto obligatorio. Para movilizar a su electorado, el primer ministro Borisov, reelegido a finales de 2014, amenazó con dimitir si su candidata no gana la primera vuelta, aunque esto signifique desestabilizar un país que conoció graves conflictos sociales en 2013.
Los tres últimos sondeos publicados el viernes dan la ventaja a Tsacheva con entre 26% y 28% de los votos en la primera vuelta, seguida de Radev, con entre 22% y 23%.
Una derrota de la candidata del partido gobernante abriría una grieta en la supremacía del GERB que controla el poder ejecutivo.
Una reciente enmienda a la ley electoral introdujo "el voto obligatorio" --cuyo incumplimiento no conlleva ninguna sanción grave-- con el objetivo de movilizar al electorado y evitar el peso del voto manipulado o comprado, un problema endémico.
La presidenta del Parlamento centró su campaña en la "estabilidad" brindada por el gobierno, mientras que Radev aseguró encarnar "el cambio" frente a la corrupción y la pobreza.
Los dos candidatos también se opusieron sobre su relación con Rusia, de la que Bulgaria depende casi por completo en el ámbito energético.
Tsacheva prometió "preservar la orientación europea y euroatlántica" de Bulgaria, al igual que el presidente saliente Plevneliev.
En cambio, Radev, a pesar de haber recibido formación en Estados Unidos, tiene una postura menos estricta respecto a Moscú: "Una mejora necesaria de las relaciones con Rusia no supone un retroceso de los valores euroatlánticos", considera el general, que se muestra favorable a un levantamiento de las sanciones europeas impuestas a Rusia.
La nota fue actualizada a las 5:10 p.m.