Dos días después de que la grabación fuera colgada en Internet, las imágenes han dado la vuelta al mundo y horrorizado a los principales responsables políticos y militares de Estados Unidos.
El secretario de Defensa, Leon Panetta, calificó de lamentable esa acción el jueves y prometió “una investigación inmediata y en profundidad” confiada por el alto mando de los marines, un cuerpo de élite del Ejército, al Servicio de Investigación Criminal de la Armada, que ya identificó a los involucrados e interrogó a dos de ellos ayer. Sin embargo, el Ejército evitó dar sus nombres o si están detenidos.
Los cuatro soldados pertenecen a una unidad de francotiradores del Tercer Batallón del Segundo Regimiento de los Marines, con base en Camp Lejeune, en el estado de Carolina del Norte.
Los dos militares interrogados siguen allí, mientras que se tardó algo más en hallar a los otros dos, aparentemente porque habían sido transferidos. Su unidad estuvo desplegada en el norte de la provincia de Helmand, entre marzo y setiembre del 2011.