“Solo un enfermo mental podría sentir por mí una envidia irrefrenable”, comentó ayer Bersani ante una delegación de representantes del Movimiento Cinco Estrellas del cómico “antisistema” Beppe Grillo al comentar las dificultades que padece frente a la parálisis política que atraviesa Italia.
Bersani finaliza hoy las consultas con los partidos políticos para intentar formar un gobierno y lograr el apoyo necesario para obtener la confianza del Parlamento, lo que se le está complicando.
“Estoy dispuesto a asumir mis responsabilidades, pero pido a los demás que se asuman las de ellos”, instó durante la reunión con los rebeldes, quienes rechazaron de nuevo apoyar la formación de un gobierno de centro-izquierda.
Al término del encuentro, Grillo acusó en su blog a todos los partidos políticos, tanto de izquierda como de derecha, de haber compartido el poder en los últimos 20 años, de haber protegido solo sus propios intereses, recortado los beneficios sociales y robado el futuro” a las nuevas generaciones.
Bersani está ante una encrucijada pues no convenció a Grillo, ni a sus parlamentarios, y al mismo tiempo se niega a aliarse con la derecha de Silvio Berlusconi y crear un gobierno de “unidad nacional”.
El líder de la izquierda intenta ordenar el rompecabezas, en un momento crucial para la economía, en plena recesión desde hace seis trimestres. La incertidumbre política ha llevado a un aumento de las tasas de interés que paga el país por su colosal deuda pública.