Ahora cada país será libre de firmarlo y ratificarlo. El convenio entrará en vigor luego de que lo ratifique un mínimo de 50 países, proceso que podría llevar dos años.
Entre las regulaciones que incluye el Tratado se encuentra la prohibición de que las armas se exporten si existe riesgo de que puedan ser usadas en terrorismo, crimen organizado, genocidio, limpieza étnica, crímenes de guerra, terrorismo, etc.
Además, establece que se debe contar con registros para que la exportación esté documentada en los países importadores, intermediarios y exportadores.
Las armas abarcadas incluye pistolas, aviones, misiles y barcos de guerra. La lista no comprende a los drones, los transportes blindados de tropas y los equipos destinados a las fuerzas del orden.
El representante de Costa Rica ante la ONU, Eduardo Ulibarri, fue el encargado de introducir el proyecto de resolución para aprobar el Tratado.
“La pregunta que debemos plantearnos no es si debemos aprobarlo, sino por qué hemos tardado tanto en hacerlo. Ha llegado el momento de actuar sin más dilaciones. Proclamemos, con hechos, que las Naciones Unidas es capaz de afrontar los problemas más graves y complejos de nuestros pueblos, que puede convertir justas esperanzas en tangibles realidades, y que es una Organización indispensable en el siglo XXI”, dijo Ulibarri en su intervención.