"No nos toca a nosotros decidir quién debe dirigir Siria. Deben decidir los sirios", declaró el ministro, reiterando así la posición rusa en el conflicto sirio que -según la ONU- causó casi 70.000 muertos en casi dos años.
A la pregunta de si había alguna posibilidad de que Rusia presione a Asad para que deje el poder, respondió: "En absoluto. Saben que tenemos por principio no intervenir en los cambios de régimen. Nos oponemos a interferir en los conflictos internos".
Además Asad "no se irá, lo sabemos con certeza. Todos los que están en contacto con él saben que no exagera", afirmó Lavrov.
Rusia, que sigue suministrando armas a Damasco, bloqueó hasta ahora, junto con China, todos los proyectos de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaban al régimen de Asad.