Sandra Torres, quien se autoproclamó como candidata de los pobres el 8 de marzo siendo esposa del presidente Álvaro Colom, presentó tres días después una demanda de divorcio para allanar el camino de su postulación. Con dicho acto, Torres y Colom superaron una norma constitucional que prohíbe al cónyuge del mandatario saliente aspirar a la presidencia.
El divorcio puso fin a un matrimonio de ocho años, celebrado en febrero de 2003 mediante una ceremonia civil y un culto maya, del que Colom es sacerdote.
El divorcio no sólo ha sido criticado por diferentes sectores, sino que la Asociación de exintegrantes de la Asamblea Nacional Constituyente amenaza con abrirle un juicio a Colom por “fraude de ley”.
Por otra parte, éste será un proceso electoral eclipsado por las millonarias sumas que invertirán los partidos en sus campañas.
De hecho, diez de las 27 agrupaciones que postulan candidatos para las elecciones invertirán unos $50,2 millones.
La cifra no sería tan dramática si el 51% de los 14 millones de guatemaltecos no viviera en condiciones de pobreza, 15% de ellos en pobreza extrema, según datos oficiales.
Se prevé que 6,4 millones de electores guatemaltecos elegirán presidente y vicepresidente.