Carolyn Bryan North Carolina delegate Carolyn Bryan from Jacksonville cheers during the Democratic National Convention in Charlotte, N.C., on Tuesday, Sept. 4, 2012. (AP Photo/David Goldman) (David Goldman)
Carolina del Norte (EE. UU). AFP. Liz Wills, afroestadounidense de 73 años, recuerda la increíble sensación cuando Barack Obama llegó a la Casa Blanca en el 2009. Hoy teme la posibilidad de su derrota ante un rival republicano a quien percibe cautivo de la derecha racista.
“Soy lo suficientemente vieja como para haber visto los carteles de negro y blanco en puertas de baños y escuelas segregadas; no podías viajar en la parte delantera del bus o del tren. Yo pasé a través de todo aquello”, dijo Wills, quien viajó de Durham a Carolina del Norte a la convención demócrata.
“No se supone que haya segregación ahora pero el racismo está vivo y se extiende”, afirmó al referirse al proyecto del desafiante republicano Mitt Romney, quien desea remplazar a Obama. Para ella, si Romney ganara, sería parecido a una revancha racista.
“Estaría deprimida si Mitt Romney fuera elegido. Tengo que ser honesta con usted, estaría deprimida; debemos ser sinceros, habría mucho racismo”, sentenció.
Detrás de Wills, el centro Harvey B. Gantt para las Artes y la Cultura Africano Estadounidense reseña anécdotas de la lucha por los derechos civiles que hicieron posible la elección de Obama.
La ciudad natal de Wills, Durham, un nudo ferroviario para el traslado de esclavos en el siglo XIX, vivió manifestaciones y campañas del reverendo Martin Luther King Jr en los años sesenta.
Hoy está en camino a transformarse en parte de la zona en auge denominada Research Triangle Park, con más de 170 compañías.
Su prima Dorothea Jones, de 69 años, reconoce ese avance pero cree que personas de diversos orígenes étnicos son aún discriminadas.
Recordó con horror un incidente racista ocurrido en la Convención Nacional Republicana la semana pasada en Tampa (Florida), situación que la campaña de Romney condenó fuertemente y desea enterrar pronto en el olvido.
Dos asistentes en la sala del centro de convenciones, luego despedidas, lanzaron maníes a una camarógrafa negra de la cadena televisiva CNN y dijeron que “así es como alimentamos a los animales”.
Diferencias. Los negros e hispanos de EE. UU. son mucho más pobres en promedio que asiáticos y blancos. En el 2010, un 27,4% de negros y 26,6% de hispanos eran pobres, contra un 9,9% de los blancos no latinos y 12,1% de los asiáticos.
David Goldfield, profesor de Historia en la Universidad de Carolina del Norte y autor de varios libros de política y raza, dijo que hubiera sido imposible para un negro competir por la presidencia hace 30 o 40 años, ni hablar de ser electo.
La campaña del 2008 de Obama movilizó al electorado negro, que usualmente se abstiene de votar, pero no está claro si se podrá espe rar la misma afluencia de votantes ahora. Y mientras el 2008 fue histórico, la elección de 2012 puede albergar incluso mayor significado.
“El Partido Republicano de George W. Bush no es el de hoy”, comenta el historiador.
Si Romney es elegido, habrá serias consecuencias para la esfera judicial, advierte Goldfield, convencido de que Romney representa a un partido que suscita serios temores por su ímpetu conservador.
“Una de las mejores maneras de probar su buena fe como conservador es nominar jueces federales realmente conservadores, no solo en la Corte Suprema sino también en el nivel de los tribunales federales de distrito”, aseguró.
Quizás acierte. La blancura de la audiencia que presenció la semana pasada la designación de Romney como candidato en la convención de Tampa era asombrosa.