Guatemala. AFP. “Se fue a México y desde que salió de la casa no supe más de ella. Quiero encontrarla porque para una madre es duro no tener al lado a sus hijos”, relata con la voz entrecortada por la indígena guatemalteca Lidia Diego Mateo.
Lidia va tras la pista de su hija Eleonora, de la que hace varios meses desconoce su paradero e ignora si está viva o muerta.
Ella es una de las 55 madres de Guatemala, Honduras y Nicaragua que ayer preparaban en la capital guatemalteca la partida de una caravana que las llevará en un extenso recorrido por 14 estados de México. Sus retoños desaparecieron mientras intentaban llegar a EE. UU. en busca del “el sueño americano”.
“Son 28 madres hondureñas, 20 nicaraguenses y siete guatemaltecas”, dijo a José Luis González, sacerdote del Servicio Jesuita de Migrantes de Nicaragua. El religioso explicó que la caravana, de 19 días, llevará a las madres por 23 localidades de 14 estados de México.
El sacerdote Juan Luis Carvajal, secretario ejecutivo de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala, espera que “el paso de la caravana por Guatemala, lugar de paso de los migrantes, se convierta en un clamor de justicia para las familias centroamericanas”.
Las violaciones a mujeres y hombres, la venta de órganos, el tráfico y la trata de personas, que afecta en un 66% a mujeres, así como las masacres y otras, son parte de las “atrocidades” que sufren en México los emigrantes por parte de los grupos que los trasladan.
La caravana partirá hoy de la capital de Guatemala hacia El Ceibo, puesto fronterizo con México. Anualmente 140.000 centroamericanos, según cifras oficiales, ingresan a México camino a EUA.