Un total de 119,6 millones de personas –el 24,2% de la población de los 27 países de la UE– tenían ese riesgo el año pasado, frente al 23,4% en el 2010, lo que demuestra el impacto de la crisis económica.
Las mayores proporciones de personas amenazadas por la pobreza o la exclusión están en Bulgaria (49%), Rumanía y en Letonia (40%), y Grecia (31% frente a 27,7% en el 2010). Las menores proporciones están en la República Checa (15%), Suecia y Holanda (16%), Austria y Luxemburgo (17%).
España estaba en el 2011 por encima de la media de la UE, con un 27%, en alza constante en los últimos años: 25,5% en el 2010 y 22,9% en el 2009.
Tres posibilidades. Estas personas afrontan al menos una de las tres formas de exclusión: riesgo de pobreza, privación material grave (no poder pagar facturas, alimentación insuficiente en proteínas, no poder hacer frente a gastos de calefacción, etc.) y una frecuencia de trabajo muy débil (familias en las que los adultos utilizaron menos del 20% de su potencial total de trabajo en el curso del año anterior).
En el total de la UE, un 17% de la población está bajo amenaza de pobreza monetaria, y España, Bulgaria y Rumanía tienen la tasa más alta (22% en cada país).
El informe estadístico anual se publica en un contexto de polémica entre países europeos sobre si hay que mantener la misma partida de ayuda alimentaria en el presupuesto 2014-2020 de la UE.
Varios países europeos, entre ellos Alemania, Suecia y Reino Unido, critican el programa de ayuda de la UE a los más necesitados porque consideran que es un asunto que corresponde a cada unos de los Estados.