Vilna (AFP).
La Unión Europea (UE) y seis ex repúblicas soviéticas inician este jueves una cumbre ensombrecida por la situación en Ucrania, donde masivas protestas exigen la firma de un acuerdo con Bruselas, aplazado por el gobierno bajo presión rusa.
Después de meses de negociaciones entre Bruselas y Kiev (capital de Ucrania) para tratar de solucionar el caso de la opositora encarcelada Yulia Timoshenko, los ucranianos decidieron la semana pasada cerrar la puerta a los europeos, por presiones de Rusia.
La UE afirma que un acuerdo sigue "sobre la mesa" pero las posibilidades de que se firme el viernes en Vilna, Lituania, parecen ínfimas.
En un mensaje transmitido por sus familiares, Timoshenko pidió el jueves a los líderes europeos que "liberen a Ucrania" firmando sin condiciones el acuerdo de Asociación si existe la posibilidad de hacerlo.
La liberación Timoshenko era hasta ahora una condición impuesta por la Unión Europea (UE) al gobierno de Ucrania.
La renuncia de las autoridades ucranianas provocó la ira de la oposición proeuropea, que organiza en Kiev manifestaciones multitudinarias, las más importantes desde la Revolución naranja de 2004.
"Mañana (viernes) veremos qué camino elige para Ucrania el presidente Victor Yanukovich. Si no logra firmar el acuerdo, no podemos predecir cómo reaccionará la gente", comentó Evguenia Timoshenko, hija de la opositora.
El primer ministro, Mykola Azarov, afirmó el miércoles que el proceso de negociación seguía abierto, pero el presidente Victor Yanukovich había advertido el día antes que Ucrania esperaría mejores condiciones para firmar.
El jueves por la mañana, antes de la apertura de la cumbre, Sergei Arbuzov, vice primer ministro ucraniano y cercano aliado de Yanukovich, se mostró confiado en el desenlace de la cumbre.
"Vamos a preparar un proyecto. Estoy seguro de que la decisión de la cumbre de mañana será positiva", declaró durante un foro ciudadano en Vilna.