Gravar con un impuesto el valor agregado –actualmente tributo de ventas– los productos de la canasta básica y los servicios de salud y educación privados, es parte del menú de ideas que presentó ayer el Ministerio de Hacienda para bajar el déficit fiscal.
El documento, denominado En ruta hacia la consolidación fiscal: agenda para un Diálogo Nacional , tiene cinco capítulos: gobernabilidad, gasto público, sistema tributario, endeudamiento público e inversión y política fiscal y sostenibilidad ambiental.
Según insistió el ministro de Hacienda, Édgar Ayales, no se trata de un proyecto de ley, ni de una propuesta del Gobierno, sino de un listado de ideas para discutir.
El escrito empezó a gestarse en enero pasado y luego de 60 reuniones se generó la lista de opciones. El paso siguiente es hacer cinco mesas de diálogo, una por capítulo, con participación pública de diversos sectores.
La intención del Ejecutivo es que la eventual aplicación de las medidas permitan reducir en 3,5 puntos porcentuales de la producción (unos ¢868.000 millones) el déficit del Gobierno en los próximos cinco años. Para este año el faltante se prevé en 5% de la producción (¢1,2 billones).
El plan fue recibido con mesura por los sectores.
Contenidos. En el capítulo tributario, el documento retoma algunos temas del Proyecto de Ley de Solidaridad Tributaria, que la Sala IV declaró inconstitucional en abril del 2012.
La idea de gravar la canasta básica, la salud y la educación privadas es parte de la propuesta general de transformar el tributo de ventas actual en un impuesto al valor agregado (IVA).
Este se aplica en la cadena de producción, de modo que quien lo paga, luego pide la devolución, excepto el consumidor final. El tributo genera información sobre los ingresos de los contribuyentes, que sirve para determinar el tributo sobre la renta, de ahí parte del interés de incluir a los servicios.
Para la canasta básica, que es un grupo de productos que consumen las familias de menores ingresos, se proponen tres opciones. Una es establecer una tasa preferencial a la canasta básica y sus insumos.
La segunda es mantener exenta la canasta básica y gravar los insumos de estos bienes con una tasa preferencial, y la tercera es eliminar la exoneración a la canasta básica y sus insumos e introducir un sistema de compensación a la población de menores ingresos.
Para contener el gasto, algunas propuestas son: establecer un ajuste por costo de vida vinculado con el salario total y no con el salario base, limitar el pago por dedicación exclusiva y establecer un límite de 10% del salario total a otros “pluses” distintos de anualidades y dedicación exclusiva. Además, racionalizar los regímenes de pensiones con cargo al presupuesto y revisar los gastos establecidos por ley.