El clima electoral le bajó el tono al diálogo nacional que el Ministerio de Hacienda impulsa para formular una reforma fiscal.
Conforme la campaña presidencial se encendía, el proceso de “Consolidación fiscal” pasó de foros abiertos al público, a concentrarse en reuniones bilaterales.
Las intenciones de Hacienda de presentar un listado de medidas concretas sobre el que se pronunciaran los candidatos a la Presidencia no se lograron concretar.
Así se diluyó la intención de crear un acuerdo nacional antes de los comicios, para avanzar en una reforma legislativa desde ahora.
“Partidos políticos y otras organizaciones nos solicitaron reuniones y no queremos dejar la opinión de nadie por fuera”, alegó Edgar Ayales, ministro de Hacienda.
Sin embargo, algunos consideran que el momento político no era propicio para presentar el documento.
“De haber sido expuesto en este momento, habría carecido de total atención por parte de la ciudadanía y los actores políticos”, estimó Francisco Villalobos, exdirector general de Tributación.
Para el analista Gustavo Araya, la discusión “de muchos de los temas queda inconclusa o no se defiende con tanta vehemencia, a la espera de que se decante el escenario electoral” el 2 de febrero.
Incertidumbre. A la menor notoriedad del discusión tributaria se une la incertidumbre sobre los frutos que pueda rendir en el futuro.
“Dependiendo de quién gane la Presidencia, el futuro de las sugerencias del Ministro quedarían más en el aire, no pasarían de ser un acto de buena intención”, opinó el politólogo Francisco Barahona.
Hasta ahora las coincidencias entre candidatos se restringen a aspectos generales como reconocer la gravedad de la situación fiscal, con un défici fiscal que llegó al 5,4% de la producción.
El faltante en el erario público podría llegar al 6% para finales de este año.
La revisión del gasto del Gobiero, que creció un 14% durante el 2013, es también una propuesta común para los aspirantes con mayor intención de voto.
Hay menos acuerdos en el frente de los ingresos, compuestos mayoritariamente por la recaudación de los impuestos de ventas y renta.
Fragmentación. La futura composición de la Asamblea Legislativa representa otra fuente de incertidumbre sobre el futuro del proceso de “Consolidación fiscal”.
La contienda electoral inició con un ambiente frío, que no mostraba muchos indicios de cambios en el entorno político. Sin embargo, conforme avanzó el proceso, aumentó la posibilidad de que se presentaran cambios en los pesos de las bancadas.
Además, la futura Asamblea podría estar más dividida que la actual, con varias fracciones con rupturas internas desde antes de las votaciones, tras los pulsos que se dieron entre candidatos presidenciales y aspirantes a diputados, principalmente en los casos del Frente Amplio y el Partido Acción Ciudadana.
Esto dificultaría las reformas fiscales, que obligadamente deben pasar por el Congreso.
Las proyecciones de Hacienda estiman que la elaboración de proyectos de ley se extenderá de febrero a mayo de este año.