Al Gobierno Central le hicieron falta ¢1,3 billones para cancelar sus gastos en el 2013 .
Así lo anunció ayer el ministro de Hacienda Edgar Ayales, al presentar los resultados fiscales del 2013.
El monto es el equivalente a un 5,4% de la producción local, un nivel que no se registra desde 1995.
El faltante de dinero sobrepasó las expectativas del Ministerio de Hacienda – del 5% de la producción–, y evidencia un deterioro más acelerado del fisco.
El resultado financiero se debe a que los ingresos por recaudación de impuestos crecieron solo un 9%, afectados por el poco crecimiento en los cobros de Impuesto General de Ventas.
Mientras tanto, los gastos crecieron un 14%, espoleados por el mayor peso de la deuda y la planilla gubernamental.
Efecto en el bolsillo. El crecimiento del déficit fiscal augura una mayor presión sobre las tasas de interés, tanto las que pagan los bancos por el ahorro (pasivas), como las que cobran por el crédito (activas).
El año pasado, las tasas cayeron y mantuvieron un nivel bajo, despúes de que en el 2012 la Tasa Básica Pasiva (TBP) –el referente de los intereses para ahorrantes del mercado– alcanzara valores del 11%.
Esta escalada golpeó el bolsillo de quienes tienen créditos en colones, pues la cuota mensual se mueve al ritmo de la TBP.
El respiro estaría llegando a su final, debido a que la necesidad de efectivo del Gobierno es mayor.
Dado que el Ministerio de Hacienda solo puede recurrir a financiamiento externo por $1.000 millones por año, deberá competir más en el 2014 con el sector privado por el dinero local.
“Las tasas de interés tenderán a subir, golpeando así a los hogares y a los emprendedores”, explicó la economista Adriana Rodríguez, directora de Estrategia de Aldesa.
El incremento en el costo del financiamiento también presionará al alza los precios que el consumidor paga por bienes y servicios.
“Luego de haber terminado el año anterior con un nivel record de inflación baja, el déficit fiscal se constituye en el principal riesgo para que la inflación suba en los próximos meses”, comentó Fernando Rodríguez, exasesor de Hacienda.
Además el déficit complica la posibilidad del Gobierno de financiar la inversión pública con ingresos corrientes.
Situación apremiante.Los resultados del 2013 aumentan la urgencia de buscar una solución al problema fiscal que vive el país.
Ayales advirtió que el esquema salarial de los empleados del Gobierno hace que los pluses terminen por duplicar los aumentos que reciben cada año.
También los intereses que paga el Gobierno por deudas –algunas contraídas para financiar faltantes de años anteriores– han aumentado su peso en los gastos.
Mientras tanto, los ingresos se ven afectados por leyes antiguas, con portillos para la elusión fiscal; y las exoneraciones.
“No hacer nada, no puede ser una opción para el próximo Gobierno,” afirmó Ayales.
A pesar del tamaño del déficit, el tema fiscal no ha estado en los primeros planos en las propuestas del proceso electoral, que culmina en diez días. Si bien los candidatos cuentan con propuestas para la sitación, no hay consensos
Tampoco se concretó una propuesta de reforma oficial, tras el proceso de diálogo “Consolidación fiscal”, iniciado por Ayales.
De no tomarse ninguna medidad, Hacienda prevé que el déficit fiscal este año será equivalente a un 6% de la producción.