Estrasburgo (Francia). EFE. La Eurocámara aprobó, ayer martes, la obligatoriedad de las etiquetas que indican el país de origen del producto, conocidas como made in, con el objetivo de mejorar la protección al consumidor y la libre competencia leal entre fabricantes.
El requisito se aplicará a todos los productos a la venta en la Unión Europea (UE), excepto los alimentos y los medicamentos.
Para el caso de los productos fabricados en los 28 países comunitarios, los fabricantes podrían elegir si mantienen la referencia a la Unión Europea (Made in the EU) o si indican el nombre concreto del país de fabricación (por ejemplo, Made in Spain. )
En la votación, mayoritariamente los eurodiputados de países del sur de la UE, entre ellos España, respaldaron el etiquetado de origen obligatorio. Otros prefirieron mantener el sistema actual de carácter voluntario, dijo el Parlamento Europeo.
En caso de que un producto sea producido en más de un país, el que contará es aquel en el que “se haya producido la última transformación o elaboración sustancial, económicamente justificada, efectuada en una empresa equipada a este efecto y que haya conducido a la fabricación de un producto nuevo o que represente un grado de fabricación importante” .
Igualmente, los eurodiputados dieron luz verde para incrementar las sanciones a las empresas que no cumplan las normas de seguridad para consumidores de la UE.
La Eurocámara propuso crear una lista negra de productores que hayan “ violado de forma reiterada e intencionada las normas ”.
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