La nueva ley de vivienda para clase media, firmada ayer por la presidenta, Laura Chinchilla, queda sujeta a la voluntad de aplicación de la banca comercial y las demás entidades financieras que prestan dinero para comprar casa.
La normativa, que reforma la Ley del Banco Central, elimina la retención del encaje mínimo legal hecha por el ente emisor –de un 15%– sobre fondos destinados a los créditos de vivienda.
El encaje consiste en que una parte de los recursos que tienen las entidades financieras disponibles para prestar deban ser guardados en el Central.
Fin. La legislación establece que los recursos captados por la banca para vivienda solo podrán utilizarse para comprar una primera casa, construir en lote propio y para adquirir lote y edificar.
Además, establece como requisito a las entidades financieras que pidan estar eximidas del encaje, dictar una tasa de interés fija para estos créditos por un periodo de ochos años.
Actualmente, los bancos tienen productos crediticios de tasa fija como máximo de tres años.
Con la eliminación del encaje, se disminuyen los costos de captación y se abarata el crédito a las familias a través de una menor tasa de interés, dijo el vicepresidente Luis Liberman.
Con esta nueva normativa ya son seis las avaladas, durante la actual administración, que promueven la vivienda para clase media. Sin embargo, hasta ahora solo se aplican el bono diferido, de amortización parcial de la cuota mensual y las operaciones garantizadas. Este es un aval dado por el Banco Hipotecario de la Vivienda de hasta un 15% del crédito.
Las otras: bono de segundo piso, fondo para vivienda de clase media y fondo de financiamiento de vivienda para jóvenes están en proceso de reglamentación.
Opcional. La mandataria dijo que la aplicación de este nuevo instrumento quedará ahora en las manos de las entidades financieras.
Mario Rivera, gerente del Banco de Costa Rica, dijo que el uso de la iniciativa dependerá de si genera rentabilidad a los bancos.
“Quitar el encaje es un estímulo, pero hay que establecer una tasa de interés que sea sostenible y rentable a un plazo largo”, enfatizó.
Para Fernando Naranjo, gerente del Banco Nacional, hay interés en usar el nuevo instrumento.
“Debe esperarse el reglamento y las restricciones al uso de los recursos que impongan los entes supervisores”, recalcó.