El proyecto de ley para crear el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) incluye áreas discutibles, algunas de las cuales se han reparado en la última versión del texto. Para empezar a señalar lo positivo: sobre la tarifa, es innecesario cambiarla ante la ampliación universal de la base. Eso se remedió dejando en 13% la tarifa. Además, la condición de “exentos” no beneficia al control fiscal, ni a la mitigación de los posibles efectos inflacionarios de corto plazo, pues un exento solo deja de hacer traslado legal de los efectos del IVA en el sistema, pero genera un efecto nocivo de absorción en la estructura de costos. Ese aspecto incide como efecto multiplicador en la generación de precios (pues provoca una espiral de incremento de los bienes o servicios exentos). Esto ya se ha remediado en la medicina y la educación privada mediante tarifas diferenciadas. Coincidimos en la sensibilidad de los sectores, pero insistimos que la condición de exentos solo perjudica a los consumidores.
Persiste la insistencia de remediar el efecto de un IVA generalizado, mediante un sistema de devoluciones que posibilita generar grandes bolsas de fraude. Es un aspecto –imposible de contener– de la negociación extra sistema de las cuantías a devolver, pues la población meta a la que se le estaría otorgando este beneficio no necesariamente ha consumido los bienes o servicios. También se puede entrar en un mercado secundario de descuentos o factoring de beneficios. Esto nos parece –a pesar de ser una de las fijaciones que el Gobierno ha comprado a consultores internacionales– que tiene remedios más concretos y direccionados en el mismo segmento de población al que se le quiere otorgar una compensación social del efecto del IVA. Debe recordarse que el IVA es un impuesto objetivo que debe aplicarse sin distinciones. Incorporar aspectos subjetivos genera peores distorsiones.
Sugerimos que las instituciones a cargo del trabajo con los deciles más pobres de la sociedad manejen un sistema de vales de consumo, con un valor basado en la prestación que se pretende compensar del efecto económico de la consecuencia del IVA, manejando de manera extra fiscal un asunto absolutamente social. Este mecanismo probado en países como Panamá, es eficaz para que solo sea usado por el beneficiario.
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.