Consumer Reports, organización estadounidense sin fines de lucro, dedicada a la investigación y evaluación de bienes y servicios, distribuye información realmente útil para orientar las decisiones de compra.
Este jueves 19 de octubre, divulgaron uno de sus reportes más esperados : el Car Reliability Survey 2017 , sobre la confiabilidad de decenas de marcas y modelos de vehículos distribuidos en los Estados Unidos.
Si se lee con detenimiento el reporte y se hacen ciertas salvedades –tomando en cuenta que es una investigación dirigida a un mercado automotriz distinto al nuestro–, se extrae información muy valiosa sobre el desempeño y calidad de muchas marcas y modelos de vehículos.
En esta ocasión, el estudio recuerda el dilema de los usuarios pioneros ( early adopters), esos compradores que están de primeros en la fila de la agencia para adquirir el nuevo modelo de un fabricante de automóviles, o la nueva generación de un modelo ya existente. Estos suelen tener más conocimiento y poder adquisitivo, pero el reporte de este año muestra que su experiencia de compra puede terminar siendo peor.
Luego de encuestar a 400.000 suscriptores, dueños de 640.000 carros, el estudio concluyó que las versiones recién actualizadas de algunos modelos (o aquellos totalmente nuevos) tienden más que antes a presentar desperfectos como problemas en el motor, golpes en la transmisión o fallas en los componentes de alta tecnología.
En el caso de las cajas de transmisión, Consumer Report señala que la introducción de sistemas de ocho y hasta nueve cambios, o el uso de transmisión continuamente variable (CVT, en inglés) en nuevos modelos o versiones, se asocia a un mayor número de quejas.
Otro foco de problemas aparece en los sistemas de información y entretenimiento (las consolas que facilitan audio, video, conexión al teléfono móvil y navegación). Quienes adquirieron un modelo el año de su lanzamiento se quejan el doble de veces que los propietarios que lo compraron años después.
La recomendación de la organización es ser paciente. Dejar pasar un par de años antes de comprar un nuevo modelo o actualización, para esperar que eventuales problemas en la tecnología o cambios mecánicos introducidos, sean corregidos.