Una amplia parrilla en donde chisporrotean jugosos e imponentes pedazos de carne es el centro neurálgico del establecimiento, que nació como una especie de laboratorio para experimentar con una iniciativa del Instituto Nacional de Carnes (INAC) del Uruguay para difundir internacionalmente la carne uruguaya, según dijo a Efe el responsable del local, Adrián Sarkisian.
“Esta es la primera franquicia del INAC. Ellos probaron el sistema abriendo parrillas en ferias internacionales de corta duración, como la de Shanghai 2010 (China), o en Zaragoza 2008 (España), y les fue muy bien. Así que pensaron en abrir restaurantes fijos. Nosotros somos los primeros franquiciados”, apuntó este exfutbolista, hoy convertido en restaurador.
La idea es ofrecer solo carne que cumpla con los máximos protocolos de calidad del INAC y que sea debidamente certificada, estacionada, manipulada y asada para que los clientes aprecien y hagan correr la voz de que la carne uruguaya es una de las mejores del mundo.