El costo de la vida sigue al alza, pero en los últimos tres meses el incremento ha perdido fuerza.
Ayer, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) informó de que el índice de precios al consumidor (IPC) subió 5,14% en los últimos 12 meses.
Con este resultado se refuerza una tendencia a la baja que se inició en abril pasado.
También la inflación anualizada, que estima el resultado anual si se mantuviera el comportamiento del primer semestre del año, se desaceleró, y las expectativas de inflación para los próximos 12 meses registraron una leve baja en junio
Solo en junio el indicador aumentó 0,02% y en el primer semestre del año alcanzó un 3,24%.
En el primer semestre, los incrementos en la papa y en el servicio de electricidad fueron de los que más golpearon a los hogares, tanto por la magnitud de las alzas como por la importancia que tienen en el presupuesto familiar.
Por otra parte, bajas en productos como huevos, cebolla y plátano beneficiaron al bolsillo.
Para calcular el índice de precios al consumidor se consideran 292 bienes y servicios, los cuales se seleccionaron por la importancia que tienen dentro del consumo de los hogares, ya sea por el gasto que representan o por la cantidad de familias que los consumen.
Presiones para arriba y para abajo. En el menor crecimiento en los precios influye el freno en los aumentos de algunos bienes regulados, como la electricidad, que subieron fuertemente en los primeros tres meses del año, y en algunos bienes agrícolas.
El consultor Andrés Volio mencionó que la desaceleración que muestra la inflación no es del todo una buena noticia, pues también es producto de la menor demanda de las personas debido al menor ingreso que reciben por el debilitamiento que muestra la economía. Él descarta cambios importantes para el segundo semestre.
No obstante, para el economista Hermann Hess, existen factores que podrían presionar al alza los precios de los bienes y servicios.
“Creo que en estos momentos hay tres peligros latentes que pueden poner presión sobre el nivel de precios: las tasas de interés y su posible evolución en vista del anuncio del FED (banco central de Estados Unidos) sobre menores niveles de estímulo; los mercados internacionales aún deprimidos y su efecto sobre el tipo de cambio, así como los precios del petróleo y su tendencia al alza tan pronto se generan expectativas de dinamismo económico”, señaló Hess.
En el informe de coyuntura mensual del Banco Central, de junio, la entidad espera que en los siguientes meses la inflación se mantenga en el rango meta para este año, entre 4% y 6%.
“La inflación de mayo comienza a reflejar una corrección de los desvíos atribuidos a factores de corto plazo, exógenos a la política monetaria. Dada la naturaleza de estos ajustes, es de prever que el impacto sobre los precios locales tienda a disiparse en el tiempo e incluso a reversarse”, señaló la entidad.