Para el analista de Moody’s, Gabriel Torres, el ingreso de dólares que vive Costa Rica es “un problema de largo plazo, no de corto plazo” pues, si la economía tica sigue creciendo más que otras, dichos capitales seguirán entrando. Por lo tanto, las medidas de corto plazo ayudan a paliar la situación, pero no la resuelven. Para él, la única forma de lidiar con esto consiste en aumentar la productividad interna con medidas de largo plazo.
El Gobierno alertó este mes del ingreso de capitales golondrina a nuestro país y envió un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa para tener la posibilidad de subirles los impuestos o pedirles un depósito.
Sin embargo, a los ojos de Gabriel Torres, vicepresidente jefe de créditos de la agencia calificadora Moody’ –la que evalúa constantemente a la región–, si bien estas medidas de corto plazo pueden ayudar a paliar la situación, este es un problema de largo plazo.
En una entrevista realizada el jueves pasado, Gabriel Torres explicó que los inversionistas van a ciertos países no solo por las mayores tasas de interés y la estabilidad en el tipo de cambio que encuentran, sino también porque en tales países hay economías que crecen más que otras. “Son capitales que vienen por buenas políticas”, dijo Torres.
En seguida presentamos un extracto de la conversación.
En estos días, Costa Rica vive un ingreso de capitales golondrina, según las autoridades. Quisiéramos que nos explique más de este asunto, que es de alcance mundial. Primero: ¿de dónde salen esos capitales y hacia dónde van?
Mucho dinero viene de los países más avanzados a los países menos avanzados, pero que están creciendo más.
”Ese flujo no es malo, en el sentido de que es dinero que entra a un país; el problema es que lo que entra se va rápidamente. Por esto se llaman ‘capitales golondrina’”.
En el caso de América Latina, ¿cómo ha evolucionado esa situación?, ¿desde cuándo vienen fluyendo capitales?, ¿hacia cuáles países van?
Van hacia casi todos los países que están creciendo y a los que les va mayormente bien; por ejemplo, hacia los grandes: Brasil y México; tal vez vayan un poco menos a Chile. En Suramérica van mucho hacia países que exportan productos primarios. Las grandes excepciones son Argentina y Venezuela porque, por razones más que nada políticas, hay poca confianza en sus economías.
”El resultado ha sido que, en muchos casos, las monedas se han apreciado con respecto del dólar, lo cual se vuelve más costoso para los exportadores porque sus costos en dólares aumentan.
”Yo diría que el problema central de los capitales golondrinas es que son capitales que vienen por buenas políticas. Lo hacen más que nada porque hay confianza en las regiones. Si se quiere, un poco paradójicamente, es un resultado de haber hecho las cosas bien”.
¿Qué han hecho los gobiernos para enfrentar esta situación?
Algunos han creado algún tipo de impuesto. Chile, por ejemplo, durante los años 90 solía obligar a que ciertas inversiones se mantuvieran un mínimo de un año en el país, siempre con el objetivo de limitar la cantidad de dinero que entra o limitar la facilidad con la cual se va.
En el caso de Costa Rica, parece que tuviera dos atractivos: uno es el crecimiento en la producción, y el otro son las altas tasas de interés en colones debidas, en parte, al déficit fiscal que tiene. ¿Hay algún otro país que presente una situación parecida a la nuestra?
En cuanto a los países que son más comparables con Costa Rica, la mayoría no tiene déficit tan altos; es decir, comparables desde la perspectiva nuestra de calificación. Si lo comparamos con países como Panamá, Colombia, Perú o Chile, todos tienen déficit un poco más bajos.
”Es cierto que la tasa de interés está un poco alta debido a las políticas fiscales, pero hay, de todos modos, un elemento de confianza en el sentido de que quienes invierten el dinero no creen que habrá una devaluación masiva”.
El Banco Central considera en estos días la posibilidad de ir a una flotación pues, en nuestro país, los inversionistas encuentran estabilidad en el tipo de cambio en parte porque hay un piso que garantiza que el precio de la divisa no bajará. ¿Qué cree usted que podría pasar si el Banco Central tomase una decisión de esa clase con este tipo de capitales?
Nosotros no hacemos predicciones sobre eso.
”Yo diría lo siguiente, en un término más general: que lo que está pasando en Costa Rica ocurre mucho en Latinoamérica. Nosotros lo vemos como un problema de largo plazo, no de corto plazo.
”Es decir, si los Gobiernos van a buscar estas medidas, como de las que hablamos [impuestos o limitaciones a la permanencia del capital], serían una forma de paliar el problema en el corto plazo; pero, a la larga, no van a servir si la economía costarricense sigue creciendo más de lo que crecen las economías de fuera.
”La única forma para lidiar con todo ello va a ser el aumentar la productividad interna; es decir, aceptar que, a largo plazo, la moneda se apreciará y, por lo tanto, para exportar, habrá que ser más productivos. Un ejemplo histórico es lo que pasó con Japón”.