Carlos Hernández
La Fortuna (San Carlos) Cultiva tiquizque, maíz y ñampí, siembra yuca, cuida una plantación de achiote, árboles de naranja y limón ácido.
A sus 74 años, Rafael Guzmán es un peón agrícola en plena actividad. De los pocos que tienen trabajo fijo, pese a su edad.
Labora en una finca en Sona Fluca de La Fortuna, San Carlos.
A las 6 a. m. ya está en contacto directo con la tierra pues piensa que es una gran suerte tener una fuente de ingresos fijos.
“También es una manera de agradecerle a Dios por tenerme con salud para ganarme el pan de cada día como Él lo manda”, dice Rafael, padre de cuatro hijos, todos adultos.
“Mi única obligación es conmigo mismo. Ya nadie depende de mí, pero sigo trabajando pues no quiero depender de nadie”, relató don Rafael.
Nacido en Liberia, Guanacaste, de donde se trasladó a San Carlos a los nueve años, asevera sentirse un privilegiado pues el trabajo está muy escaso.
“Gente con muchísimos años menos que yo no encuentra un empleo y por eso yo trato de rendir al máximo para conservar el que tengo”, agregó.
El sentimiento de don Rafael coincide con los datos de empleo agrícola. Al menos el empleo formal que registra la Caja Costarricense de Seguro Social dejó de crecer en los últimos meses.
Álvaro Sáenz, presidente de la Cámara de Agricultura, explicó que perciben una caída en el empleo estructural, que es el que se mantiene todo el año.
Explicó que también las cifras de los trabajadores asegurados se deben ver con cuidado, pues algunos, aunque no tengan trabajo, hacen un esfuerzo para pagar el seguro y tener así la cobertura en caso de enfermedad.
Los datos de la Caja indican que a julio del 2013 había 165.000 trabajadores agrícolas con seguro de salud y la Encuesta Continua de Empleo, que incluye a formales e informales, registró cerca de 248.000, al primer trimestre de este año, similar al mismo periodo del año anterior. Colaboró: Patricia Leitón.