Latinoamérica necesita invertir más en innovación, proteger la propiedad intelectual y el recurso humano de calidad para mejorar la competitividad y el crecimiento económico, señaló el gerente sectorial del Banco Mundial para el desarrollo humano en los países andinos, Jamele Rigolini.
“En Latinoamérica hay una carencia generalizada a todos los niveles (de empresas) en inversión de innovación”, dijo Rigolini.
Las empresas latinoamericanas son menos innovadoras que las compañías de otras regiones en desarrollo, destacó el economista.
En su opinión, innovar es clave para aumentar la productividad de una empresa.
“No es solamente introducir productos nuevos y tecnología de punta, también es invertir para mejorar los procesos de producción y formar gente”, enfatizó.
Rigolini participó en el estudio El emprendimiento en América Latina: muchas empresas y poca innovación, presentado el viernes en Honduras por el Banco Mundial.
Según el estudio, Brasil es el único país de Latinoamérica que invierte el 1 % de su producto interno bruto (PIB) en investigación y desarrollo, mientras que el resto de países de la región invierten por debajo del 0,5 %.
“La innovación no hay que verla cómo lo que hacen los laboratorios de punta y alta tecnología; la innovación se hace a cualquier nivel y, en Latinoamérica, no se ve tanta innovación como en otras regiones, como Asia. También las empresas son más pequeñas”, subrayó el economista.
El informe reafirma que la realidad empresarial de Latinoamérica “se ve entorpecida por la baja innovación”.
Latinoamérica también debe aumentar la competencia empresarial para estimular la innovación respecto a su nivel de ingreso y a otros países del mundo.
“Todavía hay pocos incentivos para hacer innovación porque es muy fácil para (los) competidores imitar al poco tiempo la innovación. Esto hace que toda la inversión y los beneficios de innovar se diluyan porque los competidores adoptan las mismas prácticas”, dijo.
Latinoamérica también enfrenta el reto de proteger la débil propiedad intelectual.
Es por eso que, según el documento, no sorprende que Latinoamérica “vaya a la zaga de otras (regiones) en términos de patentes”.
“En Bolivia, Paraguay, El Salvador, Honduras, Guatemala y Perú el número de patentes por cada millón de habitantes es menor a uno, muy por debajo de lo que debería ser para su nivel de desarrollo”, detalla.
En opinión del economista, las industrias latinoamericanas también deben proveer más incentivos a los trabajadores para lograr procesos más efectivos de productividad y mayor competitividad.
De lo contrario, advirtió Rigolini, la productividad de las compañías no va subir tanto como en otras regiones y eso se traslada en crecimiento económico menor.
También el reto de aumentar la calidad de la educación sigue vivo en Latinoamérica, región que carece de capital humano calificado para mejorar su innovación y competitividad, señaló Rigolini.
“En la región hay un proceso de formación que no responde a las necesidades del mercado laboral del sector privado; hay currículos que no incorporan las necesidades de los empleadores, al nivel técnico y universitario”, señaló el experto.