Los pasajeros que se sientan perjudicados económicamente por atrasos en vuelos pueden reclamar e incluso denunciar por la vía judicial a las aerolíneas y pedirles indemnización por daños y perjuicios.
Este procedimiento judicial está respaldado en la Convención de Montreal, un cuerpo legal supranacional al cual está adscrito Costa Rica, explicaron ayer Cynthia Zapata, directora de la Oficina del Consumidor, y el abogado especialista en responsabilidad civil, Fernando Montero Piña.
Así podría suceder con Copa Airlines, que afrontó demoras el pasado fin de semana.
A la posibilidad judicial se une el respaldo que brinda a los pasajeros la Ley de Promoción de la Competencia y de Defensa Efectiva del Consumidor, la cual establece el derecho a que se cumplan los contratos, explicó Zapata. La Oficina del Consumidor es una entidad adscrita al Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).
Este despacho tramita denuncias relacionadas con incumplimientos, como no dar el servicio en el tiempo contratado, y no dar la atención en alimentación y hospedaje. Lo referente a las indemnizaciones por perjuicios se tramita solo en la vía judicial, detalló Zapata.
Impacto. Los derechos de los pasajeros cobran más vigencia en vista de los problemas que afrontaron miles de clientes de Copa Airlines. Esa aerolínea suspendió, o atrasó, al menos 110 vuelos, entre el sábado pasado y ayer lunes, con efectos en unos 10.000 viajeros en 18 países.
En boletines informativos que circularon ayer, Copa repitió que el problema se suscitó por una falla tecnológica interna y que acepta su total responsabilidad sobre ella.
“Estamos brindando toda la asistencia posible a nuestros pasajeros, asumiendo todos los costos relacionados con cambios, reacomodos de vuelos y hospedajes temporales originados por esta situación que así lo ameriten”, puntualizó la empresa.
Ayer en la tarde, en Copa aseguraron que casi toda la operación se había ordenado y que la gran mayoría de vuelos salieron a tiempo con menos de una hora de demora.
No fue posible hablar con funcionarios de la aerolínea. Por medio de sus asesores de prensa afirmaron que estaban concentrados en resolver el problema.
La situación derivó en casos como el de Vanessa Rosales y otros dos viajeros, quienes esperaron ocho horas en el aeropuerto en Jamaica, y tres dentro del avión en el aeropuerto en Panamá. Al llegar a la terminal vieron niños y adultos mayores dormidos en alfombras y protestas de viajeros que tenían más de 30 horas de espera.