La geografía empresarial formal en los cantones del país está dominada por las clásicas tiendas, ferreterías, supermercados, pulperías y restaurantes.
Este tipo de establecimientos representan más de la mitad del paisaje de las patentes inscritas en todas las municipalidades de Costa Rica, según los resultados de una revisión del Informe del Estado de la Nación del año pasado y del Observatorio de Mipyme (Omipyme) a las patentes registradas.
Esos negocios superan, por mucho, la suma de patentes de hoteles, espacios para la elaboración de alimentos, oficinas administrativas, centros de enseñanza, las actividades de salud o los espacios de producción agropecuaria.
Además del monótono paisaje, el estudio también subraya la fuerte actividad empresarial de tres cantones: San José, Tibás y Montes de Oca, los cuales tienen un promedio de 260,3 patentes por kilómetro cuadrado.
Otros 19 cantones se acercan a las 53,4 patentes en la misma área, pero la restante y extensa mayoría del país (otros 59 cantones) promedian apenas tres patentes por kilómetro cuadrado, con una escasa diversificación de servicios y amplios vínculos con el comercio al por menor.
Geografía homogénea. Las tiendas y las ferreterías son las actividades más comunes en 69 cantones del país. En los restantes destacan los negocios dedicados a la venta de alimentos y las pulperías o supermercados. No existe otra categoría empresarial que sobresalga más que ellas: para ningún cantón.
Eso sí, algunos son más diversificados que otros. Aserrí destaca como la zona más homogénea en sus negocios (sus seis principales actividades concentran un 88% de las patentes) frente a un San José más diverso: sus seis principales actividades solo concentran 43,9% de las patentes.
Detallar más allá de las clásicas actividades que dominan el emprendimiento formal de todos los cantones permite observar tendencias interesantes.
Por ejemplo, Escazú es el área que más importancia brinda a los servicios de salud a partir del número de negocios instalados: es su cuarta actividad económica. En Talamanca, Matina, Limón o en Puntarenas, los servicios de alojamiento son clave para el ecosistema productivo cantonal. Casi un décima parte de sus patentes se refieren a estos negocios.
Estos son igual de importantes en Quepos, que desplaza a un cuarto lugar la importancia que brinda a las pulperías y abastecedores y coloca en un primero los restaurantes y sodas: vitales para la atención turística que les caracteriza. Allí, los alquileres de casas, pisos o apartamentos (con 17,2% de las patentes) son mucho más importantes que las actividades de alojamiento, como los hoteles (8%).
En Santa Ana, las actividades administrativas y de soporte (como call centers) representan la tercera más importante, en tanto en Los Chiles, el juego y las apuestas son la cuarta categoría comercial más importante: uno de cada 20 patentes se refieren a estos establecimientos.
Espejo del país informal. Los datos, referidos únicamente a negocios formales, reflejan una alta cantidad de emprendimientos que no están ligados a empleos de ocupación calificada alta o media. Esta realidad no se distancia mucho del paisaje del empleo informal del país.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, casi la cuarta parte de los hombres que trabajan informalmente se dedican al sector primario (agricultura, ganadería o pesca), mientras que un tercio de las mujeres labora como empleadas domésticas o bien, optan por el comercio como su principal actividad.